Una ingeniera deja su trabajo seguro y a los 30 años llega a una “semijubilación” con 15 propiedades en su poder
La joven francesa invirtió sus ahorros en el mercado inmobiliario y logró vivir sin depender de un jefe.
En un mundo en el que la jubilación parece cada vez más lejana, una mujer de 30 años está casi jubilada, y así lo cuenta al diario La Provence.
Pauline, la mujer semijubilada, es hija de dos profesores y nieta de una docente. Su familia siempre valoró la seguridad laboral, pero ella pronto entendió que no quería seguir ese camino. “Rápidamente me di cuenta de que no quería depender de este sistema, donde no estábamos seguros de tener una pensión”, explica en el periódico.
Pauline estudió ingeniería y la edad de jubilación, fijada en 64 años, le parecía “realmente tarde”. Por ello decidió desarrollar diversas fuentes de ingresos hasta conseguir independizarse gracias al sector inmobiliario.
Pasión por restaurar
Lo logró invirtiendo sus ahorros en un total de 15 viviendas. Su motivación no era solo económica: su objetivo era vivir de lo que le gusta, especialmente de la restauración de espacios, una actividad que realiza en las casas donde invierte.
“Me apasiona embellecer lugares con mis propias manos”, comenta Pauline. Ha compartido todo el proceso en redes sociales, donde ha alcanzado una gran audiencia. Su mensaje más distintivo es que no hace falta un gran capital ni un punto de partida privilegiado para triunfar en la inversión inmobiliaria.
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Pauline forma parte de la generación que empezó a invertir en 2015, cuando los intereses eran bajos. Hoy asegura que multiplicará sus inversiones y que se encuentra “a medio retiro”, disfrutando de hacer lo que le gusta sin depender de un jefe.
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