Sociedad

Una comunidad de vecinos reclama a un pub tras años de ruidos: la Justicia interviene con 50.000 euros y cierre de local 

Los vecinos de una localidad sevillana ganan el juicio contra un bar que sobrepasaba los límites de ruido fijados en la normativa municipal.

Calle Ramón Carande.
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Marta Tejedor
Actualizado a

El pub ubicado en el barrio del Porvenir de Sevilla llevaba desde 2019 molestando a altas horas de la noche a los vecinos. Según los testimonios de los habitantes del barrio, el pub había superado con creces los límites de ruido permitidos en por la normativa andaluza, obligando a algunos de ellos a cambiar sus ventanas o incluso mudarse.

En mayo de 2023, la comunidad de propietarios del piso situado encima del pub se juntó para levantar una demanda contra los ruidos del local, según cuenta ABC.

Con esta demanda, los propietarios del inmueble pretendían conseguir una sentencia favorable que demostrase que la actividad realizada por el bar a altas horas de la noche estaba prohibida por los estatutos de la comunidad. Para ello, los vecinos buscaban el cese de la actividad del bar y la rescisión del contrato de arrendamiento de la dueña del local.

El bar no tenía licencia

El bar llevaba años funcionando como un pub para los consumidores locales que buscaban un sitio donde disfrutar de música hasta altas horas de la noche. Si bien la licencia de la dueña no permitía este tipo de abuso acústico, el bar también se saltaba la normativa de cerrar a las tres de la mañana. Según la dueña, las quejas venían de los propietarios de antiguos bares que habían transformado sus locales en apartamentos.

La realidad es que quienes se quejaban eran los propios vecinos que no podían descansar por las noches por la música. Varios de ellos mandaron mensajes telefónicos a la dueña pidiendo bajar el volumen, pero todos fueron rechazados. Después de la negativa de la dueña, la comunidad de vecinos decidió llevar el caso por vía judicial.

El caso lo llevó el Juzgado de Primera Instancia nº. 16 se Sevilla. Los vecinos se apoyaron en la Ley de Propiedad Horizontal por las molestias del bar desde 2019. Según el testimonio de una las vecinas, las molestias eran prácticamente diarias y su marido fue varias veces a pedir a la dueña que bajase el volumen, pero nunca le hacía caso.

Otro vecino testificó que había tenido que cambiar las ventanas de su apartamento para poder descansar, pero aun así seguía escuchando los ruidos del bar. Al parecer, el bar había ganado fama en 2019 y los ruidos fueron aumentando con el tiempo. La Policía Local había empezado a acumular demandas contra el bar a partir de ese año.

Contrataron detectives privados

La sospecha de la demandada de que las denuncias venían los propietarios de antiguos locales fue rechazada por el juez, quien comprendió que las demandas se debía a la existencia de más de 80 personas en la puerta del local consumiendo bebidas alcohólicas, gritando y orinando en las puertas.

Ante la negativa de la dueña del bar de bajar el volumen, la comunidad de vecinos había querido contratar a un detective privado. Según los datos obtenidos, el bar cerraba muchas veces a partir de las cuatro de la madrugada. La música se escuchaba desde 20 metros de distancia del local, incluso dentro de los coches. Además, los vecinos pudieron comprobar que los porteros también consumían sustancias estupefacientes.

Los límites de bares sin música, como el de la demandada, no pueden superar los 24 dBA de ruido según el Reglamento de Protección Contra la Contaminación Acústica de Andalucía y la Ordenanza contra la Contaminación Acústica, Ruidos y Vibraciones del Ayuntamiento de Sevilla. Según los datos obtenidos del bar, el local superaba estos límites entre 48 y 53 dBA, el doble de lo permitido.

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El juez falló a favor de la comunidad de vecinos, prohibiendo la actividad del bar por resultar dañina para la finca y que contraviene las disposiciones sobre actividades molestas, insalubres nocivas y peligrosas. La sentencia también incluía la rescisión del contrato del local y una indemnización de 50.000 euros por parte de la dueña y los propietarios del bar a la comunidad de vecinos.

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