Un profesor de economía habla sin tapujos sobre los planes de Elon Musk: “El primero fue un fiasco, espero que el segundo también”
El nuevo plan de Musk ofrece varios aspectos “sumamente paradójicos” a la hora de conseguir un nuevo incentivo financiero en su sueldo.
Con un patrimonio estimado de 473 mil millones de dólares, el magnate estadounidense podría ver su sueldo de 56 millones de dólares anuales multiplicado hasta 17.000 veces. El pasado jueves, la junta de accionistas de Tesla valoraron la posibilidad de otorgar a Elon Musk un sueldo cercano a un billón de dólares, el equivalente a 867.500 millones de euros. La compañía llevó a cabo una campaña sin precedentes para recordar a la junta el papel que Musk tiene en la empresa, alegando que el magante es “imprescindible” para transforma la compañía de coches eléctrico en una empresa puntera en tecnología a partir de la inteligencia artificial (IA).
Mario Pomini, profesor de economía en la Universidad de Padua, encuentra la nueva propuesta del magnate tecnológico “verdaderamente extravagante y psicodélico en su aspecto financiero”. Un “ultimátum” que Musk hace a la junta de accionistas de Tesla para aprobar esta bonificación de un billón de dólares en el caso de multiplicar por casi siete la capitalización bursátil de las acciones.
Se prevé el aumento del valor de la compañía de coches eléctricos de 1.500 millones de dólares actuales a 8.500 millones en los próximos 10 años con el inicio de la venta por parte de la empresa de vehículos autónomos y robots humanoides de diversos usos. “Musk se convertiría así en el amo absoluto de esta futurista super-Tesla”, explica Pomini en su artículo publicado en el medio italiano Il Fatto Quotidiano. El profesor espera ver fracasar este proyecto de Musk, al igual que pasó con su relación con la Casa Blanca y su campaña política: “el primero fue un fiasco, espero que el segundo también”.
Concesión de acciones gratuitas
Según el profesor, la nueva propuesta de Musk para los accionistas presenta dos aspectos “sumamente paradójicos”. El primero de ellos es la magnitud de la bonificación que el magnate estadounidense pide a la junta. En su momento, Musk recibió una bonificación de 50.000 millones de dólares, considerada la más alta jamás concedida en la historia. En la actualidad, el fundador de Tesla multiplica por 20 esa cantidad. Pomini compara el billón de dólares de la bonificación con el PIB de Italia, superándolo por el doble de su cantidad, y sitúa el problema en destinar una bonificación de dinero tan grande en un solo directivo.
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“El segundo aspecto es aún más extraño”, confiesa el profesor. La decisión de la junta de accionistas no consta de valorar la posibilidad de renuncia a un porcentaje de sus inversiones en la empresa, sino de “simplemente decidir si ceder a los caprichos descabellados de un supuesto directivo visionario o bien optar por un sano realismo”, según informa el profesor. La bonificación para Musk vendría de la concesión de acciones gratuitas para revenderlas según sus intereses. De esta manera, el dinero de la bonificación no vendría de beneficios excepcionales, sino de esta práctica que podría revalorizar las acciones en casi siete veces en diez años.
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