Un histórico país y antiguo imperio entre Rusia y China toma una medida drástica que entrará en vigor en 2025
Mongolia volverá a sus orígenes y restaurará su alfabeto tradicional, apartando al cirílico presente en la sociedad mongola desde tiempos de la URSS.
En el año 1946, gracias a la influencia soviética en Mongolia, se introdujo en el país el alfabeto cirílico que se utilizaba en la URSS. Pese a que nunca estuvo bajo dominio soviético, el enorme y despoblado país se encontraba encerrado entre las grandes potencias comunistas de la época y la influencia era inevitable.
Fue entonces cuando los gobernantes mongoles, influenciados por Stalin, oficializaron el alfabeto cirílico en instituciones y escuelas, rechazando así el milenario alfabeto mongol, que como curiosidad se escribe en vertical y no en horizontal, como estamos acostumbrados. Otro históricos alfabetos, como el chino, el japonés o el coreano, en origen también se escribían en vertical, pero fueron modificados al sistema horizontal para adaptarse a occidente, cosa que el mongol nunca hizo, conservando sus características originales.
Por aquel entonces, pese a las críticas, era muy beneficioso que la sociedad mongola se adaptará a los ritmos soviéticos y mantuviera fuertes relaciones con Moscú, que al mismo tiempo propiciaría buenas relaciones con su otro gran vecino, la China de Mao Zedong.
Sin embargo, más de 30 años después de que la Unión Soviética colapsara, la medida carece de sentido para muchos mongoles que reclaman reinstaurar su alfabeto tradicional y no renegar de su cultura milenaria. En el año 2015, el gobierno mongol anunció esta histórica medida: desde el 1 de enero de 2025, el alfabeto mongol se utilizaría de manera oficial por las instituciones públicas, así como su enseñanza en las escuelas del país. Durante los próximos cinco años, el mongol y el cirílico convivirán para llevar a cabo una transición suave, pero a partir del año 2030 el mongol será el único alfabeto válido para las autoridades de este país.
La imposición del cirílico en tiempos de Stalin
En los años 50, Mongolia no llegaba al millón de habitantes en una superficie de 1.500.000 kilómetros cuadrados, es decir, el triple del tamaño que España. Su clima adverso, su escasa industria y las grandes estepas hacían muy complicado que la población se asentara permanentemente allí.
Cuando la Unión Soviética era una potencia mundial, Mongolia también adoptó el sistema comunista y rápidamente se convirtió en un títere del Kremlin. La influencia soviética en el país fue tal, que la capital, Ulan Bator, aun conserva ese espíritu soviético visible en edificios residenciales y construcciones gubernamentales. Fue por aquel entonces, cuando el país adoptó el alfabeto cirílico en detrimento del antiquísimo alfabeto mongol que ya usaba el Gengis Kan.
Los más fervientes defensores de la cultura mongola, relatan que la imposición del cirílico, así como las purgas soviéticas contra intelectuales mongoles, provocaron que la población perdiera su identidad milenaria y el país se convirtiera en otro satélite soviético.
La etnia mongola en China
Gracias a los habitantes de etnia mongola que residen en la región china de Mongolia Interior, ahora el país puede recuperar su alfabeto tradicional. Esta región autónoma, bajo dominio chino, nunca dejó de utilizar el mongol y se negó a adoptar el cirílico. Ellos han sido los encargados de preservar el alfabeto que a finales del siglo XX apenas conocían medio centenar de personas en toda Mongolia.
Desde 2015, cuando se anunció la medida de oficializar el alfabeto mongol, se ha introducido poco a poco en las escuelas, llevando a cabo un sistema mixto entre el alfabeto cirílico y mongol. Por lo tanto, este cambio no va a suponer demasiado problema para los jóvenes del país que ya están acostumbrados a convivir tanto con el cirílico y el mongol, como con el alfabeto latino que consumen por internet.
Ahora, gracias al impulso del gobierno a esas viejas reivindicaciones de ciertos sectores de la población, los últimos resquicios de la Unión Soviética desaparecerán del país.
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