Un estudiante de Harvard decide comer 720 huevos en un mes: este fue el resultado final del experimento
Nick Norwitz demuestra que comer 720 huevos en un mes no elevó su colesterol LDL, y revela los sorprendentes efectos de los carbohidratos en la regulación de los niveles de colesterol.
El huevo es un alimento comúnmente consumido por millones de personas alrededor del mundo, apreciado por su sabor y su alto valor nutricional. Sin embargo, su contenido en colesterol ha provocado que se le coloque bajo la lupa de diversas instituciones de salud, que en más de una ocasión han recomendado moderar su consumo.
Pero, ¿realmente el consumo de huevos tiene un impacto significativo en nuestra salud? Este es el interrogante que decidió abordar Nick Norwitz, un joven estudiante de Harvard y doctor en fisiología por la Universidad de Oxford. A lo largo de un mes, Norwitz se sometió a un experimento radical para probar su hipótesis: comer 720 huevos en 30 días no aumentaría sus niveles de colesterol LDL, conocido como el “colesterol malo”.
Un desafío sin precedentes
En su video viral, Norwitz explicó con detalles cómo se llevó a cabo su experimento: “Comí un huevo por hora, cada hora, durante un mes entero”. Esto se traduce en un consumo diario de 24 huevos, un total de 720 en 30 días. La idea era sencilla: verificar si esta ingesta masiva de colesterol afectaría sus niveles de colesterol en la sangre.
Al final del mes, y contra la creencia popular, sus análisis mostraron que su colesterol LDL no solo no aumentó, sino que, de hecho, disminuyó. “Mi colesterol LDL bajó un 2% durante las dos primeras semanas, y luego bajó un 18% más en las dos semanas siguientes”, comentó Norwitz. Un resultado que, según él, contradice las nociones comunes sobre el impacto del colesterol dietético.
¿A qué se debe este fenómeno? Norwitz explica que la relación entre la dieta y los niveles de colesterol en el cuerpo es más compleja de lo que parece. El joven investigador señala que cuando consumimos colesterol, este se une a los receptores en las células intestinales, lo que a su vez activa la liberación de una hormona llamada cohesina. Esta hormona viaja hasta el hígado, donde se une a un receptor específico y “le indica” al órgano que no debe producir más colesterol, lo que establece un equilibrio en el cuerpo.
Sin embargo, Norwitz también descubrió un factor adicional que podría haber influido en la baja de su colesterol LDL. A lo largo de su experimento, añadió 60 gramos de carbohidratos netos al día, provenientes de frutas como plátanos, arándanos y fresas. Este pequeño ajuste en su dieta pareció tener un gran efecto. Según el estudiante, los carbohidratos pueden reducir los niveles de colesterol LDL, especialmente en individuos con lo que él denomina un “fenotipo de híper respondedor de masa magra”, que es común en dietas bajas en carbohidratos.
Desmontando mitos alimentarios
A través de este experimento extremo, Norwitz ha logrado poner en tela de juicio algunas creencias populares sobre la dieta y el colesterol. La clave, según él, radica en el equilibrio entre los diferentes macronutrientes, como las grasas y los carbohidratos, que juntos modulan los niveles de colesterol de una manera mucho más compleja de lo que se pensaba.
Este experimento ha dejado claro que, a pesar de las recomendaciones tradicionales de moderar el consumo de huevos, hay más factores en juego que simplemente el colesterol que contienen.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.