Un empleado del fabricante del Titan fue despedido por denunciar fallos de seguridad
OceanGate Expeditions se negó a comentar las críticas recibidas por parte de Lochridge y los líderes de la industria. Cinco años después, ha ocurrido una tragedia.
Un exempleado de OceanGate Expeditions, la empresa que envió el sumergible actualmente desaparecido y lleno de turistas para ver los restos del Titanic, exhibió sus grandes preocupaciones sobre el buque y la seguridad de la embarcación en un informe de inspección de calidad en 2018.
Ese mismo año la empresa demandó a David Lochridge, un piloto de submarino escocés que comenzó a trabajar para OceanGate en el estado de Washington en 2015, primero como contratista y luego como director de operaciones marinas.
Información confidencial
La entidad alegó que había incumplido con su contrato de trabajo al revelar información confidencial a la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional en el momento en el que se presentó la denuncia ante la agencia. En respuesta a la demanda, Lochridge transmitió que había sido despedido injustamente y que sus acciones tenían como objetivo garantizar la seguridad de los pasajeros en el submarino, proponiendo a la compañía que realizara pruebas sobre el casco del barco.
Este piloto de submarino hizo referencia a problemas de seguridad importantes: casi no se habían realizado pruebas no tripuladas de la nave, el sistema de alarma solo sonaba milisegundos antes de una implosión y el ojo de buey solo estaba certificado para soportar una presión de 1.300 metros, a pesar de que OceanGate planeaba llevar el sumergible a 4.000 metros bajo el agua.
“Lochridge estaba intentando ser despedido”
Durante la inspección, Lochridge alegó que “fue recibido con hostilidad y se le negó el acceso a la documentación necesaria que debería haber estado disponible libremente”, y pronto le dieron “aproximadamente 10 minutos para recoger inmediatamente su escritorio y abandonar las instalaciones”.
Pese a ello, quiso dejar constancia de que la empresa podría “exponer a los pasajeros a un peligro extremo potencial en un sumergible experimental”, debido a que los clientes “no estarían al tanto” de este diseño y la falta de pruebas. Por si esto fuera poco, varios empresarios enviaron una carta a OceanGate en 2018 señalando que el enfoque “experimental” pudiera tener resultados potencialmente “catastróficos” que podrían afectar a la industria.
Según el New York Times, OceanGate aseguró que parecía que “Lochridge estaba intentando ser despedido” y que había rechazado algunos datos de la empresa cuando realizaba su investigación (la demanda se resolvió posteriormente). Además, la entidad se negó a comentar las críticas recibidas por parte de Lochridge y los líderes de la industria.
Pocas horas de soporte vital
Desde que el submarino comenzara su inmersión el pasado 18 de julio, tan solo pasaron una hora y 45 minutos hasta que se perdió el contacto. Los equipos trabajan a contrarreloj para localizarlo (se encuentra a unas 435 millas al sur de St John’s, Newfoundland, en Canadá) y rescatar así a las cinco personas.
En la página web de OceanGate se indica que el Titán tiene un soporte vital de 96 horas de duración para los cinco tripulantes que están a bordo. Por tanto, el submarino dispone de oxígeno para un total de cuatro días. Esto significa que, habiendo partido la mañana del 18 de julio, el suministro de oxígeno se acabará la mañana del 22 de junio, por lo que tan solo quedan unas pocas horas de soporte vital.