Un avión civil se estrella cerca de Washington y se produce una explosión sónica
Una avioneta sobrevoló Washington sin responder a las llamadas del Ejército y acabó estrellándose en Virginia. Hay cuatro muertos.
Estados Unidos ha confirmado este lunes que no hay supervivientes del accidente aéreo del pasado domingo, cuando una avión modelo Cessna 560 se estrelló en Virginia tras volar sin permiso cerca de Washington. Al percatarse del extraño vuelo, EEUU desplegó dos cazas F-16 que persiguieron a la avioneta porque el piloto no respondía a los intentos de contacto del Ejército, hasta que acabó estrellándose sin intervención de los aviones militares, según las autoridades castrenses estadounidenses.
De acuerdo con la Policía de Virginia, estado en el que finalmente colisionó la aeronave, los equipos de emergencias llegaron al Bosque Nacional George Washington, el lugar de los hechos, cuatro horas después de que se confirmara el suceso. Según las autoridades, las cuatro personas que iban a bordo, que todavía no han sido identificadas oficialmente por las autoridades, no han sobrevivido.
La Policía del Capitolio ha anunciado también que las autoridades competentes en la zona activaron “brevemente” la ‘alerta elevada’ debido al sobrevuelo inseguro de la aeronave, e incluso se utilizaron bengalas para llamar la atención del piloto que pudieron ser visibles para los residentes de la zona.
El Servicio Secreto del Capitolio, por su parte, ha asegurado que el incidente “no tuvo un impacto” relevante para sus intereses. El NORAD indicó además que sus cazas estaban autorizados a viajar a velocidades supersónicas, por lo que los vecinos de la región pudieron escuchar una explosión sónica.
¿Quiénes son los fallecidos?
Todavía se desconoce la razón por la que el piloto del avión no respondía a las llamadas del Ejército, pero según explicó a la BBC Richard Levy, un capitán retirado e instructor de pilotos, es posible que la cabina de la aeronave se despresurizase. Según Levy, la cabina pudo perder presión de forma gradual, sin que los pasajeros notasen síntomas de hipoxia y acabasen perdiendo el conocimiento. “No se dan cuenta de lo que está pasando, y luego han ido más allá del punto del pensamiento racional, la conciencia y la buena visión”, explica Levy.
El avión estaba registrada a nombre de la empresa Encore Motors of Melbourne Inc., con sede en Florida. El dueño de la compañía, John Rumpel, ha asegurado al New York Times que su hija, su nieta de dos años, la niñera de la nieta y el piloto eran los cuatro tripulantes de la aeronave.