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SOCIEDAD

Si tienes esta moneda de 10 céntimos en un desván quizás tienes 900 euros: es alemana, de 2002 y este error la hace única

Un fallo en la fabricación hace que parezca falsa, lo que hace que sea una pieza muy codiciada entre los coleccionistas.

Si tienes esta moneda de 10 céntimos en un desván quizás tienes 900 euros: es alemana, de 2002 y este error la hace única

Las monedas son uno de los objetos más apreciados por los coleccionistas, lo que hace más allá de su valor nominal, algunas monedas valgan cientos o incluso miles de euros en el mercado de colecciones. La pasión por las monedas se conoce como numismática, una práctica que cada vez está más extendida por todo el mundo.

Los especialistas son capaces de identificar detalles que muchas veces pasan desapercibidos para el público en general. Lo que a ojos de cualquier persona es un fallo o un simple detalle, para los más apasionados es una cualidad que puede hacer que una moneda de 10 céntimos valga casi mil euros. Es el caso de una moneda alemana que ya no está en circulación, pero de la que sigue habiendo piezas repartidas por el mundo.

La moneda por la que pagan 900 euros

Aunque las probabilidades son muy bajas, es posible que tengas por la cartera, el cajón o el desván una moneda de 10 céntimos que vale mucho más. Se trata de una tirada fabricada en Alemania en 2002 que a pesar de salir defectuosa se puso en circulación y ahora, más de 20 años después, los coleccionistas siguen buscando los últimos ejemplares y ofreciendo casi mil euros por ellas.

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Identificarla es sencillo. Además del año y el lugar de acuñación, en una de sus caras aparece la puerta de Brandeburgo de Berlín. Eso sí, su característica más especial es el color, pues por culpa de un fallo en la fabricación es más oscura de lo habitual.

Por qué es tan valiosa

Para que una moneda tenga un gran valor en el mercado del coleccionismo debe cumplir con algunas características como el diseño único, errores de acuñación o tener valor histórico. En este caso, lo que la hace tan especial es el exceso de cobre que se usó en su fabricación y que hace que la moneda tenga un color más rojizo que otras de 10 céntimos.

Las monedas de 10 céntimos se fabrican a partir de una mezcla de cobre, aluminio y níquel, y siempre se usan las mismas cantidades para que el color y el brillo sea el mismo. Sin embargo, en el caso de la moneda de Alemania de 2002 se usó una proporción más alta de cobre que hace que el tono sea más oscuro. Además, tiene algunos bordes irregulares, lo que hace de esta moneda una pieza todavía más especial.

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