Quién fue Darío III, el rey persa hijo de Artajerjes que fue el mayor enemigo de Alejandro Magno
Alejandro Magno fue uno de los más reconocidos estrategas y conquistadores de la historia a pesar de los grandes enemigos que encontró en el camino
La vida de Alejandro Magno, a pesar de breve, estuvo repleta de grandes batallas, conquistas y hazañas que le llevaron a liderar uno de los imperios más amplios de todos los tiempos. Es uno de los estrategas militares más recordados, a la altura de otros nombres más recientes como Napoleón Bonaparte, que consiguió liderar uno de los imperios más extensos de la historia.
A los 20 años heredó el trono de su padre, que desde Macedonia, una región al norte de Grecia, había conseguido someter todo el territorio griego. Alejandro Magno se puso a la cabeza del imperio y comenzó una expansión que no terminaría hasta más de una década después, habiendo llegado al norte de India, propagándose por buena parte de Europa y Asia.
Una de las más grandes conquistas de Alejando Magno, si no la mayor, es la del Imperio Persa. Más de dos siglos de historia avalaban este territorio hasta que el emperador macedonio se cruzó en su camino, librando una de sus más duras batallas y enfrentándose a un aguerrido líder, Darío III, que acabó por someterse ante el poder de Alejandro el Grande.
¿Quién fue Darío III, el rey persa que fue el mayor enemigo de Alejandro Magno?
Darío III fue un rey persa que heredó el trono en el año 336 a. C. poniéndose al frente del imperio hasta el año 330 a.C. cuando fue definitivamente conquistado. Falleció ese mismo año, a manos de un grupo de nobles persas sátrapas que le secuestraron para negociar con Alejandro Magno, pero acabaron asesinándolo cuando el emperador macedonio perseguía la pista de Darío III.
Este rey fue el mayor enemigo que Alejandro Magno encontró en la expansión de su imperio. Lideraba con firmeza uno de los más grandes e históricos reinos, con un aguerrido ejército que plantó cara a las tropas del líder macedonio y resistió durante años su invasión, que desembocó en la famosa Batalla de Gaugamela, el 1 de octubre del 331 a.C., la gran derrota persa que desencadenó la caída del imperio.