Qué son los ‘dientes de dragón’, la señal de la DGT por la que te pueden sancionar con 200 euros de multa
Estas marcas viales imponen al conductor reducir la velocidad e instan a que multiplique su atención en la carretera. Su incumplimiento puede acarrear una multa de hasta 200 euros.
Cada año hay decenas de miles de accidentes de tráfico. Algunos ocurren en vías urbanas, otros en interurbanas; muchos están protagonizados por coches y otros muchos por motocicletas. Los hay de todos los colores. Con el fin de evitar que la cifra continúe la tendencia al alza que está experimentando los últimos años, desde la Dirección General de Tráfico se siguen implantando medidas que refuercen la seguridad vial. La última, las conocidas como líneas quebradizas.
Son muy fáciles de distinguir porque no comparten una similitud reseñable con otras marcas viales. Ocupa unos 30 metros en el asfalto y se trata de una serie de líneas blancas pintadas sobre la parte externa del carril que, unidas unas a otras en un zigzag particular, terminan por dar un aspecto quebradizo a la secuencia completa.
¿Qué significan?
Este tipo de señalización, cuyo incumplimiento puede ser sancionado con una multa de hasta 200 euros en base a lo estipulado en el Código de Circulación, busca las cosquillas al grado de percepción del conductor. Son una especie de alerta: las líneas advierten de la entrada a una zona donde se debe aminorar la marcha e instan, por tanto, a reducir la velocidad a un máximo de 30 kilómetros por hora.
No se trata de la única novedad que lanza la DGT en materia de seguridad. También han sembrado el desconcierto en muchos pilotos unos triángulos que, colocados en posición horizontal en los márgenes de la vía, convierten la carretera, juego óptico mediante, en un carril más estrecho. Son los conocidos como ‘dientes de dragón’, cuya función es advertir de la distancia de seguridad.
Pese a que muchos conductores no han visto todavía estas líneas, como si de un fantasma se tratase, cada vez son más los que conocen de su existencia. La realidad es que llevan probándose desde septiembre de 2021; casi dos años. Ciudades como Alcobendas, en Madrid, y pueblos como Nava de Roa, en Burgos, ya visualizan estas cicatrices milagrosas en sus asfaltos. Un zigzag de pintura blanca con el que la DGT busca cambiar una fatal tendencia en el número de accidentes.