¿Qué está pasando con el Cercanías en Madrid? Los trenes afectados por el tramo Atocha - Recoletos
Tres trenes han descarrilado en apenas 12 días en el entorno de la estación de Atocha. Se han paralizado los trenes entre Atocha y Recoletos para hacer “pruebas de material rodante”. AS habla con dos pasajeros afectados por estos parones.
La Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE) y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) han informado recientemente de la paralización del servicio de circulación de trenes en el tramo Atocha - Recoletos “para adelantar la realización de pruebas que se habían previsto relacionadas con el comportamiento del material rodante (tren) sobre la vía”.
Dicha decisión llega tras el tercer descarrilamiento en apenas 12 días en el entorno de Atocha, algo que ha perjudicado la normalidad del tráfico con más frecuencia de la estimada. El Gobierno ya investiga qué ha podido suceder. Estos son los trenes afectados:
Trenes afectados
• Los trenes procedentes del Corredor del Henares finalizan e inician servicio en Atocha.
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Los principales damnificados por todo este caos son los pasajeros, que han visto cómo se ha deteriorado en ocasiones la calidad de sus desplazamientos. AS ha recogido el testimonio de tres pasajeros afectados por estas incidencias. El primero, Vicente, coincidió con el segundo descarrilamiento y el tercero, cuando se disponía hacer el trayecto entre Madrid y Linares-Baeza. El segundo, Hernán, es un usuario habitual de Cercanías. Por último, Carlota, iba camino al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas para realizar un viaje.
Vicente: “Un caos de ida y de vuelta, un viaje de tres horas de Madrid a Linares-Baeza, se convirtió en uno de siete”
“Trayecto Madrid Atocha a Linares-Baeza. 28 de noviembre, 15:55 horas. El día antes se ha producido uno de los ‘descarrilamientos’ de Cercanías. El resultado para el usuario, un viaje de siete horas. De Atocha a Aranjuez, viaje en Cercanías. Son los 16:40 ¿y ahora qué? ¿Quién sabe? Nadie dice nada. La megafonía repite mecánicamente, algo de un tren de Guadalajara. Nadie en la estación parece querer visitar la bella Alcarria. Es hora de hipótesis... ¿Vendrá algún tren? ¿Cuándo?
Son las 18 y pocas noticias. El tren de Guadalajara y la megafonía van como la seda. Llegan otros descolgados del tren siguiente. A ningún tren. Una señora empieza a gritar: ¡Decidnos algo! Y llega un tren. Se meten los del de las 15:55... y los del siguiente. Asientos duplicados, gritos. Eso no arranca, nadie dice nada. ¡Sale a las 19 y algo! Llega a las 22:35. Un trayecto de tres horas se convirtió en uno de siete.
Trayecto Linares-Baeza hasta Atocha. 9 de diciembre. Intercity. 10:43 horas. Hora prevista de llegada, 13:43. Hora real, 14:32. Otra vez parada en Aranjuez. O siempre me toca la china, o aquí esto pasa con más frecuencia de lo normal”.
Hernán: “Podría darte material para un libro”
“Trabajo de comercial, de lunes a viernes, de 7:00 a 15:30. Viajo desde Alcobendas a Chamartín para hacer conexión con el tren de Villalba o en su defecto Las Rozas-Príncipe Pío. Ahí es generalmente donde comienzan los problemas, ya que la C10 nunca o casi nunca entra por la misma vía, ni llega a horario.
Anuncio de megafonía justo cuando el tren entra en el andén, contradicción entre carteles de la misma estación, poco margen para las personas de movilidad reducida y ni que hablar si son no videntes. Eso es un día normal en la Renfe.
También se suman desgracias a este recorrido, ya que también además de llegar tarde a las estaciones, este tren muchas veces se detiene en Príncipe Pío y deja partir primero a los trenes que salen hacia Valladolid y Salamanca. Podría darte material para un libro”.
Carlota: “Es una vergüenza”
“Ayer iba de camino al aeropuerto porque tenía un viaje y descarriló el tren. Entonces, llegaron los problemas.
No hay día que no pase algo en la Renfe. Si no son retrasos, son grandes parones entre estación y estación, y si no que se ha inundado la estación. Siempre pasa algo. Es una vergüenza.
Tras más de 40 minutos sin saber absolutamente nada de la situación (al igual que yo estaba mucha gente mirando las redes sociales y preguntando, a ver si alguien decía algo), tuve que cogerme un taxi para llegar a tiempo al avión. Y casi ni llego.
Gente llegando tarde a sus trabajos, discutiendo con sus jefes porque ya era la segunda ‘excusa’ en menos de dos semanas...y aquí nadie dice nada. Poco nos pasa”.