¿Qué es la tosferina? La enfermedad por la que murió un bebé lactante de una madre no vacunada

El año pasado murió en España un bebé por el brote epidémico de tosferina. En concreto, un bebé “lactante en el primer mes de vida, sin condiciones de riesgo” que falleció en la segunda mitad de 2023, según un informe del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III, avanzado por El País. La madre no se había vacunado de tosferina, la primera de las cinco inyecciones que se utilizan para combatir la enfermedad

El documento, que recoge los casos de tosferina y su impacto en España hasta el 31 de diciembre, no detalla la comunidad autónoma en la que se produjo el fallecimiento. Sin embargo, según el Ministerio de Sanidad, hasta el momento no se han registrado fallecimientos por esta enfermedad en 2024.

De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC por sus siglas en inglés), la tosferina es una enfermedad respiratoria muy contagiosa provocada por la bacteria Bordetella pertussis. Esta bacteria se adhiere a los cilios (pequeñas extensiones parecidas a vellos) que recubren parte del aparato respiratorio superior, y liberan toxinas que provocan la inflamación de las vías respiratorias.

La madre no se vacunó de tosferina durante el embarazo

Los síntomas de la tosferina se desarrollan en dos fases. En la primera son similares a los de cualquier otra infección respiratoria (tos, mocos, fiebre…), pero en la segunda comienzan los ataques de tos rápidos y violentos que pueden provocar la muerte del bebé. El Ministerio de Sanidad administra cinco vacunas para prevenir la enfermedad.

La primera de ellas la recibe la madre en torno a la semana número 27 de embarazo. La segunda y tercera la recibe el bebé a los dos y cuatro meses de vida. La cuarta y la quinta también las recibe el bebé, a modo de recuerdo a los 11 meses y a los seis años. Se sabe que la madre del bebé fallecido no se había vacunado durante la gestación.

Según explica a El País Javier Álvarez Aldeán, miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría y jefe del servicio de Pediatría del Hospital Costa del Sol (Málaga), la vacuna que se aplica a la madre sirve para que el recién nacido “tenga anticuerpos frente a la enfermedad”. Además, “evita que desarrolle cuadros graves antes de que inicie el proceso de vacunación propio a los dos meses”.

Según el CNE, es importante “dirigir los esfuerzos a vigilar las coberturas de vacunación en las gestantes y en los niños en el primer año de vida”. “Es importante que los niños se vacunen, siempre que se pueda, a la edad indicada en calendario y que aquellos que han perdido alguna dosis sean identificados y recaptados para recibir las dosis tan pronto como sea posible”.

Una persona adulta con tosferina, que no sabe que tiene esta enfermedad, puede contagiar a un recién nacido, que son los más afectados. De acuerdo con el CNE, los casos graves y hospitalizaciones en 2023 se dieron más frecuentemente en los bebés pequeños, a pesar de que las más afectadas fueron las personas de entre 10 a 14 años. Es posible transmitir la tosferina en desde el comienzo de los primeros síntomas y hasta, al menos, dos semanas después de que empezase la tos, según los CDC.

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