MEDIO AMBIENTE
¿Qué es el glifosato, el polémico herbicida aprobado en Europa? “Es volver al pasado”
La Comisión Europea prolongará el uso del herbicida durante otra década más después de que la UE no se pusiera de acuerdo en la votación. El divulgador Javier Peña explica su visión en AS.
Europa se encuentra dividida por el glifosato, el herbicida más usado en el continente, a pesar de las múltiples dudas que genera, por sus efectos en la salud y el medio ambiente. Los países miembro de la UE han vuelto a votar este jueves si prolongaban o no una década más su uso. Y, de nuevo, ante la falta de acuerdo, la Comisión Europea tendrá que decidir, y ya ha adelantado su intención de dar luz verde a la medida, pero con “condiciones y restricciones” nuevas.
El glifosato es un herbicida de amplio espectro no selectivo, es decir, que cualquier planta puede absorberlo a través de sus tejidos. Su función es la de evitar que la planta afectada produzca proteínas y crezca, por lo que se aplica principalmente para destruir las llamadas “malas hierbas”, según Greenpeace. En 2015, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó el glifosato como una sustancia “probablemente cancerígena para los humanos”.
Aunque parezca que el glifosato es adecuado para mantener un monocultivo, su uso puede dañar la flora y fauna de los ecosistemas. “Se ha descubierto que cuando las abejas van a polinizar, si se alimentan con restos de glifosato, tienen consecuencias que pueden llevar a la muerte. Es cómo volver al pasado. Es un herbicida que se puede reemplazar con otras prácticas, del que se abusa muchísimo. Es un herbicida que puede convertir en yermo el terreno, va en contra de la dirección en la que va la legislación europea. Y es que no hace falta. Hace más vulnerable la tierra, que se queda desnuda, lleva a mayor erosión de la tierra, que se pierda más suelo fértil y que se resistan peor las sequías”, explica para AS Javier Peña, divulgador científico a través de Hope en Pie por el Planeta.
Al parecer, hay algunas malas hierbas que ya están generando resistencia al glifosato, por lo que algunos agricultores deciden aumentar las dosis para lograr el efecto deseado. Nada más lejos de la realidad, esto provoca un mayor coste de producción para controlar las malezas, una mayor dependencia de los agroquímicos y más daños a la vida silvestre. Además, el glifosato ha llegado hasta el agua que se utiliza para el consumo humano. En algunas regiones del mundo, como en la provincia del Chubut en Argentina, ya se ha prohibido por completo este herbicida por los efectos que puede ocasionar en la salud humana.
La Comisión Europea dará luz verde al glifosato
Ante la falta de una mayoría cualificada en la UE para prolongar o no el uso del glifosato, la Comisión “procederá ahora a la renovación de la aprobación del glifosato por un periodo de 10 años, sujeto a determinadas nuevas condiciones y restricciones”, según ha explicado en un comunicado. España es uno de los países que ha votado a favor de seguir utilizando el glifosato, a diferencia de Alemania o Francia, que ya han expresado su intención de prohibirlo y se han abstenido en la votación de este jueves.
“Lo han prorrogado durante diez años y España ha jugado un papel clave. Es un atraso, una solución habría sido establecer un calendario de salida con apoyo a los agricultores para facilitarles y que aprendieran a dejar de usarlo, aunque ya hay muchos agricultores que no lo usan porque saben sus consecuencias. Un período de tregua podría haber sido, pero diez años...”, analiza Javier Peña.
El divulgador señala una “divergencia” en las políticas sobre cómo usar la tierra en el campo. “Hay un objetivo de reducir el uso de pesticidas y fertilizantes de la Unión Europea para la mitad en 2030. Y, además, Pedro Sánchez, en su discurso de investidura, habló por primera vez de la agricultura regenerativa. Es una discordancia entre el ministerio de Agricultura y de Transición Ecológica”.
Sin embargo, Bruselas asegura que la decisión se ha tomado basándose en “amplias evaluaciones de seguridad de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA). “Hemos analizado masivos estudios científicos y llegamos a la conclusión de proponer renovar el glifosato”, ha señalado un portavoz comunitario.