¿Qué es el ‘aguinaldo navideño’, cuál es el origen y cuánto dinero se debe dar a los niños?
Esta costumbre tan propia de la Navidad ya era común en la Antigua Roma para gratificar a súbditos, soldados o personal de servicio.
La llegada de la Navidad trae consigo los villancicos. Muchos niños y niñas van de puerta en puerta, por los vecindarios, cantando a cambio de una propina, más conocida como aguinaldo.
Normalmente, este presente suele ser metálico, unos euros, aunque igual que en Halloween, también se pueden dar dulces típicos de la época, como turrón, polvorones, mazapán o bombones, algo que, seguramente, agradezcan más los niños.
Hace unas décadas, el aguinaldo también se entregaba a los trabajadores que ofrecían algún tipo de servicio a la comunidad, como los carteros, serenos, barrenderos…, que unos días antes de la Nochebuena entregaban postales de felicitación por las casas.
Este término también se llegó a acuñar a la paga extra que dan las empresas a sus trabajadores en Navidad. Sin embargo, el hecho de dar una propina es algo muy antiguo. En la Antigua Roma gratificaban a los súbditos, soldados o personal del servicio en vísperas del Solsticio de Invierno y la celebración de los Saturnales, una fiesta pagana común de aquella época.
¿De dónde viene el término aguinaldo?
A la hora de determinar el origen etimológico de esta pablara, surgen varias divergencias. La mayoría de los expertos, incluidos los de la RAE, señalan que dicho vocablo proviene de la locución latina ‘hoc in anno’, que significa “en este año” y hace referencia a la gratificación que se daba al servicio al finalizar la anualidad por los servicios prestados. Esta locución latina derivó al castellano como “aguinaldo”.
Otro de los orígenes que se le atribuye a este término es el de ‘Guineldun’ (regalar), que dio paso al griego ‘Gininaldo’ y derivando en ‘agimnaldo’.