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SOCIEDAD

¿Puede usar un inquilino la piscina de una comunidad de propietarios? Esto dice la Ley en España

Llega la temporada de verano y con ella la apertura de miles de piscinas comunitarias en España. Te contamos si un inquilino puede utilizar o si existe algún tipo de prohibición en nuestro país.

¿Puede usar un inquilino la piscina de una comunidad de propietarios? Esto dice la Ley en España
Lavi Perchik

Llega el verano y con él también la habitual apertura de las piscinas públicas y privadas. En las comunidades de propietarios, las piscinas han ido abriendo progresivamente a lo largo de los meses de mayo y junio, y permanecerán abiertas hasta septiembre.

Los vecinos podrán disfrutar de las mismas, siempre con atención a las normativas que correspondan. ¿Y qué pasa con los inquilinos? Puesto que se trata de una zona común, el ámbito de las piscinas comunitarias está regulado en la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), así como en las distintas regulaciones autonómicas, municipales y también las de la propia comunidad de vecinos.

También entra en juego la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), que da sentido a todo aquello que tenga que ver con propietarios e inquilinos.

¿Qué dice la LAU con el uso de las piscinas?

El artículo 2.2 de la LAU especifica que “las normas reguladoras del arrendamiento de vivienda se aplicarán también al mobiliario, los trasteros, las plazas de garaje y cualesquiera otras dependencias, espacios arrendados o servicios cedidos como accesorios de la finca por el mismo arrendador”.

Es decir, el inquilino tiene el pleno derecho del uso y disfrute de la piscina, siempre y cuando haya sido especificado en el contrato de arrendamiento. En caso contrario, es conveniente preguntar al propietario. Además, el inquilino debe cumplir con las normas de la comunidad de propietarios que regulen el uso de la piscina. Entre ellas, se incluyen normas básicas como el horario de apertura, la limpieza, seguridad, respeto a otros usuarios...

¿Y qué pasa si el propietario no permite su uso?

Esto debe quedar reflejado en el contrato de arrendamiento. Entre los motivos más habituales de la prohibición, podemos encontrar que el propietario quiera disfrutar del uso de la piscina, o bien que los estatutos de la comunidad o la junta de propietarios haya prohibido su acceso a los arrendatarios.

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