Prisión provisional sin fianza para el asesino confeso de Morata de Tajuña
A Dilawar Hussain se le acusa por tres delitos de homicidio por asesinar, presuntamente, a los tres hermanos, a los que reclamó 50.000 euros.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 5 de Arganda del Rey (Madrid) ha acordado prisión provisional sin fianza para Dilawar Hussain, asesino confeso de Amelia, Ángeles y Pepe, los tres hermanos residentes en Morata de Tajuña (Madrid).
Fue a la medianoche del pasado domingo cuando este ciudadano pakistaní, de 42 años, se entregó en el cuartel de la Guardia Civil de Arganda, al saber que era considerado uno de los principales sospechosos del Grupo de Homicidios del Cuerpo. “Yo soy el que ha matado a los tres hermanos”, confesó Hussain en la comandancia de la Guardia Civil.
Al haber vivido durante un largo periodo de tiempo en la casa, tenía todavía llaves del domicilio, una información que concuerda totalmente con el hecho de que no estuvieran las cerraduras forzadas. Sobre los tres hermanos, Hussain les reclamó un total de 50.000 euros. Ahora, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid considera que hay indicios suficientes para considerar a Hussain culpable.
El pakistaní fue trasladado desde su detención, hasta el día del juicio, a las dependencias de la Comandancia dde la Guardia Civil en Tres Cantos (Madrid). El juez ha tomado esta decisión al argumentar que existe riesgo de fuga y una posible alteración o destrucción de pruebas. Por el momento, la sentencia es provisional hasta que no finalicen las diligencias de investigación correspondientes.
Según informa El Español, los agentes investigan si hay alguna persona que podría ser cómplice del homicidio y si ayudó al asesino confeso a trasladarle hasta Morata de Tajuña el día en que este, presuntamente, cometió el triple homicidio. También investigan de donde sacó el bidón de gasolina, con el que, supuestamente, prendió fuego a los cuerpos sin vida, según el citado medio.
¿Qué son las estafas amorosas?
Cabe destacar que las estafas amorosas son delitos en los que un individuo hace creer a alguien -normalmente mujeres, aunque también pueden ser hombres- que tienen una relación amorosa y que necesitan dinero por cualquier motivo: el cobro de una herencia, los trámites para poder viajar a encontrarse, una operación quirúrgica...
Una estafa que comienza en una red social y se extiende a la vida privada de la víctima, que se enamora de una identidad virtual a la que nunca llega a ver en persona. Entre las historias que inventan estos profesionales del engaño, hay patrones que se repiten. Los perfiles encajan a la perfección con las víctimas.