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SOCIEDAD

Por qué unas personas tienen más calor que otras

Con una temperatura igual para todos, siempre hay quien asegura no poder soportar el calor, mientras que otros están bien. Hay varios factores que influyen, como el nivel de grasa, el tipo de piel o el sexo de la persona.

Por qué unas personas tienen más calor que otras

El verano es sinónimo de vacaciones, descanso, cerveza con los amigos y de salir a tomar el fresco cuando cae la noche. Eso, si la temperatura acompaña. Porque con las repetidas olas de calor que nos han acompañado en las últimas semanas, más que tomar el fresco lo mejor era resguardarse en casa de las altas temperaturas de la calle.

Pero, como en todo en esta vida, el nivel de tolerancia al calor no es el mismo para todas las personas. Tiene que haber gente para todo, que dicen. Y como ocurre con la comida, que lo que para uno puede estar ideal de punto de sal para otros puede estar salado. Igual ocurre con el calor: hay gente más calurosa que otra, estando ambos expuestos a la misma temperatura.

Una situación que se puede ver dentro de una misma casa es la una persona con ropa más ligera, posada delante del ventilador intentando coger refrescarse de forma desesperada, mientras otra persona está arropada con una manta o con ropa más fuerte. ¿Cómo es posible algo así? Son varios los factores que afectan en la sensación de calor, como pueden ser la edad, la cantidad de grasa en el cuerpo o la adaptación a las temperaturas.

Del nivel de grasa al hábito del ejercicio

Y es que, en este caso, no todos somos iguales. Por tanto el cerebro no regula las sensaciones de la misma forma. En función de cada uno, tratará de mantener el organismo en una temperatura ideal, que oscila entre los 35 y los 37 grados. La edad influye en esta percepción, pues los niños y los ancianos tienen menor capacidad de regular la temperatura (los primeros no la han desarrollado, mientras que los segundos la pueden perder con el paso de los años).

El cuerpo de cada uno también influye a la hora de pasar más o menos calor. La gente que cuenta con mayor porcentaje de grasa corporal suele pasar más calor, pues evita que éste se disipe por el cuerpo. La masa muscular, a su vez, también tiene su efecto, pues los músculos también generan calor debido a su actividad metabólica. Y la piel también influye: hay quienes tienen la piel más gruesa que otros, por lo que sufren más el calor, pero resisten mejor el frío.

Por otro lado, el sexo de la persona también tiene su efecto sobre cómo afronta uno el calor. Las mujeres habitualmente tienen menos masa muscular, que como previamente se ha comentado, produce calor en el organismo. Esto, sumado a un metabolismo más lento a la hora de procesar alimentos y a un nivel mayor de estrógenos y progesterona (que mantienen los órganos internos más calientes), supone la pérdida de calor, siendo (como norma general) las mujeres menos calurosas.

Por otro lado, el nivel de actividad física que realice cada uno también influye. Aquellos acostumbrados a hacer deporte tienen un sistema nervioso que regula mejor el calor, haciendo que no padezca tanto las altas temperaturas.

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