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¿Por qué al himno de Francia se le llama ‘La Marsellesa’, ¿cuál es la letra, traducción y significado?

El himno es uno de los pilares básicos de la simbología francesa. Aquí, contamos el origen y la historia de la canción de Francia, una de las más reconocidas.

La bandera de Francia, uno de los mayores iconos del país vecino.
PIXABAY

Francia es un país con muchos símbolos. No en vano, su bandera fue uno de los grandes iconos de la Revolución que acabó con la monarquía totalitaria, y ha tenido una gran presencia en el arte. En el país vecino, hay veneración por estos elementos, y uno de los más seguidos es su himno nacional, también conocido con el nombre de ‘La Marsellesa’.

Este es uno de los temas más reconocidos de Francia, ya que son incontables las ocasiones, también en el mundo del deporte, en las que se ha podido escuchar esta canción. Sin embargo, pocos conocen el origen y el significado de la letra del himno galo, uno de los iconos más grandes de dicho país.

Un himno muy belicista

La Marsellesa’ tiene su origen en el año 1792. Su autor fue el militar, poeta y compositor Joseph Rouget de Lisle. En dicho período, era capitán del regimiento conocido como ‘les enfants de la Patrie’ (‘los hijos de la patria’). Cabe mencionar que la Revolución Francesa había estallado apenas tres años antes, en 1789, y causó que Austria declarara la guerra a Francia.

Ante la perspectiva, ya que hay que tener en cuenta que la reina encarcelada María Antonieta era hermana del monarca austríaco, se tomó una decisión. El alcalde de Estrasburgo convocó a varios oficiales del ejército, entre ellos Rouget de Lisle. Este encuentro fue motivado con el objetivo de levantar la confianza de las tropas del Rhin con ideas como un himno patriótico.

El compositor se inspiró en un cartel callejero que proclamaba la siguiente frase: ‘Aux armes, citoyens!’ (‘¡A las armas, ciudadanos’!), y escribió el canto, titulado ‘Chant de guerre pour l’armée du Rhin’ (’Canto de guerra para el ejército del Rhin’).

¿Por qué se conoce al himno de Francia como ‘La Marsellesa’?

Otro de los puntos más interesantes que rodean al himno francés. Para ello, hay que remontarse al año 1792. Fue en el mes de julio, cuando acudieron a la defensa de la ciudad de París voluntarios procedentes de la localidad de Marsella. En ese momento, se desplazaban entonando el canto de Rouget de Lisle, y ese es el motivo por el que se conoce a la canción por el término reconocido actualmente.

En cuanto a su historia, hay que recordar que hasta 1958, en la Constitución del cuatro de octubre, no fue reconocido como himno nacional. En 1940, llegó a ser prohibido porque se consideraba como un canto de resistencia a la invasión alemana y al gobierno títere de Vichy, siendo reestablecida al final de la Segunda Guerra Mundial.

Otra de las curiosidades en torno a la canción es que, desde 2005, se obliga a aprenderla en las escuelas de educación infantil y primaria, debido a la ley Fillon para la reforma de este concepto, vital para la sociedad francesa.

La letra de ‘La Marsellesa’

“¡En marcha, hijos de la Patria, Ha llegado el día de gloria! Contra nosotros, la tiranía alza Su sangriento pendón. (bis) ¿Oís en los campos el bramido De aquellos feroces soldados? ¡Vienen hasta vosotros a degollar A vuestros hijos y vuestras esposas!.

¡A las armas, ciudadanos! ¡Formad vuestros batallones! ¡Marchemos, marchemos! ¡Que una sangre impura Inunde nuestros surcos!.

¿Qué pretende esa horda de esclavos, De traidores, ¿de reyes conjurados? ¿Para quién son esas innobles cadenas, Esos grilletes preparados de hace tiempo? (bis) Para nosotros, franceses, ¡ah, qué ultraje! ¡Qué transportes debe suscitar! ¡A nosotros, se atreven a intentar Reducirnos a la antigua servidumbre!.

¡Cómo, cohortes extranjeras, harían la ley en nuestros hogares! ¡Cómo, esas falanges mercenarias, Abatirían a nuestros fieros guerreros! (bis) ¡Dios santo! Encadenadas por otras manos, Nuestras frentes se inclinarían bajo el yugo. Unos déspotas viles serían los dueños de nuestros destinos.

Temblad, tiranos, y vosotros, pérfidos, Oprobio de todos los partidos, ¡temblad! ¡Vuestros planes parricidas Recibirán por fin su merecido! (bis) Todos son soldados para combatiros, Si nuestros jóvenes héroes caen, Francia produce otros, ¡listos para luchar contra vosotros! ¡Franceses, asestad vuestros golpes o retenedlos, ¡magnánimos guerreros!

Perdonad a esas víctimas tristes, que a su pesar se arman contra nosotros. (bis) ¡Pero no a esos déspotas sanguinarios, Esos cómplices de Bouillé, Todos esos tigres que, despiadados, Desgarran el seno de su madre! ¡Amor sagrado de la Patria, Conduce y sostén nuestros brazos vengadores! ¡Libertad, Libertad amada, Combate con tus defensores! (bis)

¡Que la victoria, a tus voces viriles, Acuda bajo nuestras banderas! ¡Que tus enemigos, al expirar, Vean tu triunfo y nuestra gloria! Entraremos en el camino Cuando nuestros mayores ya no estén aquí, Encontraremos sus cenizas Y la huella de sus virtudes. (bis) Menos deseosos de sobrevivirles. Que, de compartir su tumba, Tendremos el orgullo sublime De vengarlos o de seguirlos”.