No sería un único túnel: así es el proyecto faraónico entre España y Marruecos que uniría Tarifa y Tánger

El ambicioso proyecto para construir un túnel que conecte España y Marruecos a través del Estrecho de Gibraltar sigue avanzando a pasos firmes. A pesar de la magnitud de la obra, que se perfila como uno de los mayores retos de ingeniería de la historia moderna, los gobiernos de ambos países están decididos a hacer realidad una infraestructura que cambiaría por completo la relación entre Europa y África.

A comienzos de marzo, el ministro español de Transportes, Óscar Puente, visitaba Marruecos para profundizar en los detalles de este megaproyecto, considerado de carácter estratégico para ambas naciones. Puente destacó el interés de las empresas españolas por participar en la construcción y desarrollo de este túnel, que podría transformar las relaciones comerciales y facilitar el flujo de mercancías entre ambos continentes.

Durante la visita, se abordó la planificación de la próxima reunión del Comité Mixto Hispano-Marroquí, cuya principal tarea será definir el alcance y las fases del proyecto. Además, ambos países acordaron trabajar conjuntamente en un Plan de Comunicación común para mantener a la opinión pública informada sobre los avances.

El desafío de unir dos continentes

El proyecto contempla un túnel submarino de 42 kilómetros, de los cuales 27,7 serían bajo el mar, un desafío técnico formidable debido a la profundidad y las condiciones geológicas del Estrecho. Aunque el trazado original apuntaba a la posibilidad de un puente, las dificultades de la zona, como las corrientes marinas y la actividad sísmica, hicieron que el túnel se consolidara como la opción más viable.

La ruta elegida será la denominada “Umbral del Estrecho”, una franja de terreno menos profunda entre Punta Paloma (España) y Punta Malabata (Marruecos), lo que facilitará la construcción y reducirá los costos. El túnel constará de tres galerías: dos para el transporte ferroviario de pasajeros y mercancías, y una tercera destinada a servicios y seguridad.

Este megatúnel no solo conectará dos países, sino que también facilitará la integración de las redes ferroviarias de Europa y el Magreb, permitiendo una conexión directa entre ciudades como París, Madrid, Rabat y Casablanca. Además, se prevé que el proyecto fomente el desarrollo económico, con un impacto positivo en la productividad y la creación de empresas en la región.

Un proyecto con fecha incierta

Aunque los plazos aún son inciertos, el presidente de SECEGSA, la Sociedad Española para la Comunicación Fija a través del Estrecho de Gibraltar, ha apuntado que la obra podría estar lista entre 2030 y 2040. Aunque algunos medios especularon con la posibilidad de que el túnel se inaugure para el Mundial de Fútbol de 2030, esa fecha parece poco realista dadas las dimensiones del proyecto y los estudios preliminares que aún se deben llevar a cabo.

En cuanto al impacto global, la conexión entre Europa y África mediante un túnel subterráneo abriría nuevas oportunidades para el comercio, integrando la región magrebí en las redes comerciales europeas y permitiendo el intercambio fluido de bienes y personas. Además, la infraestructura podría fortalecer la cooperación entre los países ribereños del Estrecho, incluidos España, Marruecos y el Reino Unido, y cambiar para siempre la dinámica del transporte en la región.

El proyecto sigue su curso con la participación de expertos internacionales y el compromiso de los gobiernos involucrados, que confían en que este ambicioso enlace subterráneo será una de las mayores hazañas de la ingeniería moderna, con la capacidad de transformar la geopolítica y la economía del continente africano y europeo.

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