Muere tiroteado un policía en Burgos
El agente, que estaba siendo investigado por narcotráfico, había sustraído un arma de su comisaría. La huida posterior terminó en un tiroteo con guardias civiles y Policía Nacional.
Un tiroteo en el municipio burgalés de Villagonzalo Pedernales se ha cobrado la vida de un policía nacional de alrededor de 50 años. Según han declarado a EFE fuentes de la Guardia Civil y policiales, el suceso ha tenido lugar esta madrugada, en torno a las cuatro de la mañana, en una gasolinera situada en la entrada de esta pequeña localidad. El cruce de balas lo han protagonizado Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Reconstrucción de los hechos
El fallecido estaba siendo investigado por Asuntos Internos a raíz de un caso de narcotráfico que le había costado una detención. Además, se le había retirado el arma y portaba otra robada. Este último detalle dio pie a que tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional, alertadas por el Centro Operativo de Servicios (COS) de la comandancia de Burgos, estuvieran al tanto de la presencia de una persona armada e intentasen detenerlo. Justo en el momento del aviso se encontraba circulando por la carretera A-231, en dirección a la capital de la provincia.
Ya en la gasolinera, según ha informado la Delegación del Gobierno de Castilla y León, el individuo comenzó a disparar sobre los agentes de ambos cuerpos. Estos últimos, en un ataque que funcionaba como defensa, alcanzaron al agente justo cuando se encontraba refugiándose de las balas en el interior del vehículo con el que había llegado hasta el lugar.
Fue en este instante cuando el servicio regional de emergencias 112 recibió un aviso: un hombre herido en la pierna sangraba de forma abundante a causa de un disparo. Poco después, fuentes de la Policía Nacional confirmaron el fallecimiento del individuo. Ocurrió tan rápido que no dio tiempo a que llegaran los servicios sanitarios.
Un policía gallego investigado por narcotráfico
Otro dato que han aportado las mismas fuentes ha sido el de su procedencia. Al parecer, el hombre no pertenecía a ninguna comisaría de la provincia de Burgos. De hecho, venía de Galicia: era natural de Ferrol y estaba destinado en la comisaría de Lonzas, en A Coruña. El agente estaba de baja psicológica y había sido relevado ayer a segunda actividad por no cumplir con las aptitudes psicofísicas necesarias.
Tal y como ha podido saber ‘El País’, este mismo martes se había presentado en su comisaría de destino para cumplimentar unos trámites sobre su particular situación. Así, esta visita se convirtió en una oportunidad de oro para que el agente se colase en los vestuarios, forzase la taquilla de otro policía y robase su arma. Por este motivo las autoridades estaban al tanto de la sustracción y del autor del delito.
Cuando emprendió la huida, el dispositivo de localización ya estaba activado. De ahí nació el aviso que notificó a la Guardia Civil y Policía Nacional burgalesas, el primer tiroteo, la parada en la gasolinera y, finalmente, el segundo tiroteo con el que ha concluido el suceso.