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SOCIEDAD

Muere Agustín Ibarrola, artista clave en la vanguardia

El pintor y escultor ha fallecido a los 93 años de edad en el hospital de Galdácano (Vizcaya). El Bosque de Oma fue su obra más reconocida.

Agustin Ibarrola, pintor y escultor del Equipo 57, en su caserio de Oma en las inmediaciones de Guernica.
Bernardo Perez

El pintor y escultor Agustín Ibarrola (Basauri, Vizcaya, 1930) ha fallecido a los 93 años de edad en el hospital de la localidad vizcaína de Galdácano. Su trayectoria profesional, así como su lucha contra el terrorismo, le consolidó como uno de los artistas más influyentes en la sociedad vasca.

Precisamente, el Bosque de Oma, es su obra estrella. Dicha creación fue objeto de numerosos ataques terroristas en 2000 y 2003, cuando fueron destruidas las cortezas de un centenar de árboles y dos de ellos, fueron talados. Un suceso que tuvo lugar durante los denominados “años de socialización del conflicto” de ETA. El delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso, calificó como “enorme vacío en valores cívicos y compromiso democrático” la noticia de su fallecimiento.

A su vez, Itxaso destacó la lucha antiterrorista del artista durante toda su trayectoria de la siguiente manera. “En los peores momentos de nuestra historia reciente, dio la cara y se enfrentó a la barbarie terrorista con la palabra y la cultura por bandera”. En una entrevista concedida a El País en 2015, el artista manifestó esto. “El terrorismo ha mordido fuerte sobre mí. Llevo dos guerras a cuestas, dos dictaduras: la franquista y la terrorista. ¡Quiero seguir creando hasta el final!”.

Formado en la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao, en 1948 celebró su primera exposición individual. Gracias a este trabajo, la Diputación de Vizcaya y el Ayuntamiento de Bilbao le concedieron una beca con la que se trasladó a Madrid para continuar sus estudios en el taller de Daniel Vázquez Díaz, hasta 1955. Cubos de la Memoria, El bosque de los tótems, Ola a ritmo de txalaparta y Viaje al infinito, son otras de las obras más destacadas de su periplo.

Después de su paso por la capital, regresó a Bilbao en 1961 y entra a formar parte del grupo de grabadores de Estampa Popular. Miembro del Partido Comunista, fue detenido al año siguiente y puesto en libertad en 1965, pese a la condena de nueve años de prisión. En 1967, vuelve a ser detenido en Basauri (Vizcaya) hasta 1969, por participar en diferentes huelgas obreras.

Amenazas de muerte y Ávila como refugio

En 2015 culminó en Muñozgalindo (Ávila) uno de sus últimos proyectos, las 130 piedras pintadas en la dehesa de La Garoza. A la provincia castellanoleonesa llegó en el año 2005 para refugiarse, después de que fuese amenazado de muerte en su tierra. En la provincia de Ávila, dio continuidad a su trabajo y a sus proyectos profesionales

El editor y experto en arte, Alfredo Melgar, fue clave en su acogida en el municipio abulense. “Es también un gran hombre. Valiente. Porque él no buscó el problema en el País Vasco, sino que el problema del nacionalismo y de ETA fue hacia él. Pero se mantuvo en su sitio. No se ha rendido”, expresó Melgar en aquel año, en declaraciones recogidas por el mencionado diario.