Mikel Alonso, neurocientífico: “Las decisiones que menos se piensan suelen ser las más acertadas”
El neurocientífico explica cómo este fenómeno y la experiencia pueden guiar decisiones más efectivas en la vida y el trabajo.


Mikel Alonso, investigador y académico especializado en neurociencia, publicó el 1 de octubre de 2025 un libro titulado "El valor de la intuición", en el que pretende enseñar cómo comprenderla, entrenarla y usarla con acierto.
En una entrevista con Diario AS explica qué es la intuición, cómo influye en nuestro día a día y cómo trabajan con ella los deportistas de élite. Alonso considera que este libro es de divulgación y accesible para cualquier persona; por ello evita el uso de tecnicismos. Asegura que escribir con un lenguaje tan simple no le resultó difícil, debido a que tiene décadas de experiencia como profesor universitario.
¿Qué es la intuición?
Muchos piensan que la intuición es algo mágico que aparece en ciertos momentos y ayuda a tomar decisiones, pero Alonso afirma que este es el principal error al hablar del fenómeno. Explica que “la intuición es un proceso inconsciente y automático con el que el cerebro es capaz de obtener conclusiones probabilísticas con precisión. Es un proceso que ofrece una conclusión: un ‘hazlo’ o un ‘no lo hagas’”.
Detalla que funciona en varias fases. En la primera, el cerebro va acumulando evidencias sobre lo que ocurre para detectar patrones automáticos. Por ejemplo, cuando conoces a alguien y observas que no mira a la cara o coloca el cuerpo de lado, tu cerebro puede interpretar automáticamente: “A ver si vamos a caerle mal a este”, y empieza a recopilar señales.
Después llega una etapa integradora, en la que las evidencias superan un umbral. En ese momento el cerebro alcanza la conclusión automática y envía lo que llamamos una corazonada, que Alonso describe como “una emoción débil que se siente en el cuerpo”. El experto subraya que cada persona debe aprender a reconocer sus propias corazonadas, porque cada cerebro es distinto y la intuición no transmite un mensaje universal, sino particular.
Cuanto menos pienses, mejor
Alonso afirma que “las decisiones menos pensadas suelen ser las más acertadas”. Sostiene que creer que pensar demasiado garantiza mejores decisiones es uno de los errores más comunes del comportamiento humano. Según él, esto se debe a la educación recibida, basada en frases como “piénsalo mejor” o “piénsalo dos veces”.
Explica que, si alguien decide basarse en su intuición en un entorno laboral, muchos lo juzgarían incompetente. Sin embargo, si una persona tiene experiencia, por ejemplo un periodista que lleva años trabajando, lo más eficaz en muchas ocasiones es seguir su propia intuición profesional.
Los enemigos de la intuición
Alonso identifica cuatro enemigos principales de la intuición: los anhelos, los estereotipos, los juicios emocionales y los sesgos cognitivos. Este último es, según él, el más peligroso, porque “son atajos que tomamos para decidir emocionalmente, simplemente porque pensar conscientemente consume muchos recursos. El cerebro intenta ahorrar energía y, al hacerlo, recurre a algunos atajos”.
Pone un ejemplo sencillo: para saber si alguien es buena persona se necesitaría investigar mucho, así que el cerebro puede llegar a asociar que una persona “guapa” lo será automáticamente. Para evitar caer en estos sesgos, recomienda comprobar si somos expertos en aquello sobre lo que vamos a decidir. Si lo somos, podemos confiar en la intuición; si no, es probable que el impulso provenga de un sesgo y conviene tener cuidado.
La intuición femenina
Alonso señala que no existen diferencias absolutas entre la intuición de hombres y mujeres, pero sí variaciones hormonales, cerebrales y sociales. Explica que el estrógeno facilita relacionar eventos con recompensas, que la menor testosterona influye en ciertos procesos y que las mujeres tienen un cuerpo calloso más desarrollado, lo que permite un mayor intercambio de información entre hemisferios. Añade que suelen interpretar mejor la comunicación no verbal y que, desde un punto de vista evolutivo, desarrollaron mejor memoria local, visión periférica y capacidad para atender varios estímulos a la vez.
Sin embargo, concluye que la intuición no depende únicamente del género. El cerebro es muy plástico y, si no se entrena, esta capacidad se deteriora. También indica que la experiencia y la práctica pueden igualar diferencias entre hombres y mujeres.
La intuición en el deporte
Alonso afirma que “la intuición lo es todo” en el deporte, porque las decisiones deben tomarse en cuestión de segundos. Señala que los jugadores entrenan durante la semana, pero cuando llega el partido deben poner la mente en blanco, entrar en la zona y dejar que el cerebro automático actúe. Considera que la mayoría de los entrenadores no permiten esto y que, justo antes del encuentro, dan charlas demasiado cognitivas, algo que compara con “meter dos platos de alubias antes de jugar”.
Explica que ha trabajado con numerosos deportistas a lo largo de su carrera y describe su método como: una parte centrada en lo que les ocurre, otra de entrenamiento mental y otra enfocada en la mente inconsciente y automática. Esta última la trabaja mediante mindfulness, hipnosis, sobre todo hipnosis ericksoniana, en la que se formó con un máster en el Instituto Erickson de Madrid. Considera que todo este conjunto de técnicas es fundamental.
Inteligencia emocional en el deporte
Es fundamental aprender a enfocarse y desconectar, así como a gestionar la frustración y el error, algo que muchos deportistas desconocen pese a su preparación física. Alonso aborda que los jugadores de élite suelen crear sus propios constructos mentales o recibir orientación de mentores, como ocurre con Rafa Nadal, cuya fortaleza mental se debe a años de aprendizaje guiado.
Sin esta formación, los deportistas reaccionan con emociones descontroladas ante un fallo, perdiendo concentración, comportamientos automáticos e intuición, y activando respuestas físicas que les perjudican. Por ello, además del entrenamiento físico, es crucial enseñarles procesos mentales como la gestión del error, la frustración y la atención plena, ya que el cerebro controla el rendimiento del cuerpo y su preparación mental influye directamente en la eficacia y en la prevención de lesiones comenta el experto.
Alonso señala que la clave en el deporte moderno son los entrenadores, ya que muchos provienen de la “vieja escuela” y no se adaptan a la competitividad actual, ni a la necesidad de preparar también la mente de los jugadores. Antes, los atletas se centraban sobre todo en lo físico, con dietas y rutinas menos estrictas, pero en la actualidad eso sería inviable; la preparación mental y emocional es tan importante como la física. La obsesión por ganar a toda costa genera un enfoque al resultado que puede ser perjudicial, y solo algunos entrenadores jóvenes comienzan a integrar la psicología y la gestión emocional en su trabajo.
Alonso destaca la importancia de la zona, ese estado de concentración total en el que el jugador actúa de manera automática, optimista y eficiente, eliminando pensamientos cognitivos que puedan interferir.
Además, el experto comenta que el historial emocional del deportista influye directamente en la calidad de sus intuiciones durante la competición, pero el cerebro es plástico y puede reestructurarse: creando nuevas asociaciones y vías de pensamiento, los jugadores pueden aprender a gestionar emociones, aprender de errores y entrenar la intuición, avanzando siempre con una actitud de aprendizaje y crecimiento.
Nada de lo ocurrido anteriormente es irreversible; con la orientación adecuada, cualquier deportista puede mejorar su preparación mental y su capacidad de tomar decisiones en el momento justo reflexiona Alonso.
Hacer las paces con la intuición
Mikel Alonso asegura que, con este libro, quiere conseguir que el lector añada la intuición a su set de herramientas para tomar decisiones y haga las paces con ella. La intuición no garantiza el éxito ni siempre acierta, pero tampoco lo hace la razón. Lo que hoy percibimos como un error, con el tiempo, puede revelarse como un acierto.
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Por ello, el autor espera que el lector escuche la intuición, la observe y se deje guiar por ella en aquellas situaciones en las que tiene experiencia y conocimiento, integrándola de manera consciente en su toma de decisiones.
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