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Los tres tipos de gatos que existen según la Ley de Bienestar Animal

Todos los gatos serán considerados como animales de compañía y clasificados en grupos en función de su carácter y forma de vida.

Los tres tipos de gatos que existen según la Ley de Bienestar Animal
UnSplash

El proyecto de Ley de Bienestar Animal ha sido aprobado, y traerá consigo bastantes cambios con respecto a los animales de compañía. En ella, se ha incorporado la elaboración de un ‘listado positivo’ de mascotas en las que se incluye las cuales son aptas para su tenencia, venta y comercialización, y la incorporación de los gatos como animales de compañía, incluyendo a aquellos que no estén identificados.

Sin embargo, dependiendo del carácter y forma de vida del felino, existirá una clasificación en grupos. La Ley de Bienestar Animal clasifica a los gatos en tres categorías en base a su forma de vida: gatos domésticos, gatos merodeadores y gatos comunitarios. Los gatos domésticos son aquellos que se mantienen en un ambiente cercano a los seres humanos, generalmente en los hogares.

En cambio, los gatos merodeadores se apodan así, debido a que deambulan libremente fuera del hogar de su dueño sin la supervisión de este. Estos dos tipos, según la ley de Bienestar Animal, se consideran como gatos con hogar cuando portan el sistema de identificación establecido reglamentariamente y que se encuentren dados de alta en el registro europeo de animales de compañía.

Por último, están los gatos comunitarios son los que viven en libertad, y que, debido a su escasa o nula socialización con humanos, no pueden ser fácilmente domesticados por las personas. A su vez, los gatos con hogar deben cumplir con una serie de normas en lo que respecta a la esterilización y vigilancia.

Esterilización felina y vigilancia

Conforme a lo establecido en la ley de Bienestar Animal, los gatos con hogar deben ser esterilizados de forma quirúrgica antes de alcanzar los seis meses de edad, a menos que estén registrados como animales reproductores o pertenezcan a un criador inscrito en el Registro de Criadores de animales de compañía.

Además de la esterilización, esta ley prohíbe de forma rotunda dejar a un gato (o cualquier mascota) sin supervisión por más de tres días seguidos, al igual que mantener a los animales “encerrados” de manera regular en zonas como terrazas, balcones, azoteas, trasteros, sótanos, y patios, entre otros. En el caso de los perros, estos animales no podrán estar más de 24 horas seguidas sin la supervisión de sus dueños.

¿Cuándo puedo sacrificar a mi gato?

Normalmente cuando tenemos una mascota ya sea con una edad avanzada y enferma o con una enfermedad que le hace sufrir, nos planteamos la idea de acabar con su dolor sacrificándolo mediante la eutanasia. La actuar ley sólo permite la eutanasia de un gato bajo tres situaciones concretas: para aliviar su sufrimiento, por razones de seguridad para las personas o animales, o si representa una amenaza justificada para la salud pública.

Los motivos por los que se permite hacer uso de esta técnica han cambiado, y ahora los veterinarios no están autorizados a practicar la eutanasia en un animal ya sea por razones económicas, debido a su avanzada edad, o incluso si su enfermedad o lesión puede ser tratada de manera paliativa o curativa. Tampoco pueden hacerlo si el animal presenta problemas de comportamiento “que pueden ser rectificados”. Solo se podrá hacer uso de ella en caso de que la enfermedad o lesión del animal sea incurable.

En el caso de que tu gato fallezca, es imprescindible notificar la muerte en el registro correspondiente, además de aportar un documento que verifique que el animal “fue incinerado o enterrado por una empresa oficialmente reconocida para realizar dichas tareas, indicando el número de identificación del animal fallecido y el nombre completo del responsable”.