Los principales responsables del 11S evitan la pena de muerte
Khalid Shaikh Mohammed, conocido como el cerebro de los atentados del 11-S, y otros dos acusados consiguen evitar la pena de muerte tras declararse culpables.
Considerado como el cerebro de los ataques del 11 de septiembre de 2001, Khalid Shaikh Mohammed, ha aceptado, junto con otros dos acusados, declararse culpable de los atentados terroristas que aterrorizaron al mundo, acabando con la vida de cerca de 3.000 personas.
Retenidos en la prisión de Guantánamo (Cuba) desde 2003, Khalid, Walid bin Attash y Mustafa al-Hawsawi, han acordado declararse culpables de los cargos en su contra para poder ser sentenciados a cadena perpetua y así evitar la pena de muerte.
Más de una década en procedimientos
Y es que el juicio se ha visto afectado por más de una década de procedimientos, todos ellos centrado en la cuestión de si las torturas sufridas en las prisiones secretas que dispone la CIA, podían haber contaminado las pruebas en su contra. La noticia ha sido comunicada a los familiares de las víctimas del ataque terrorista del 2001, a través de una carta de los fiscales del tribunal de guerra.
“A cambio de la eliminación de la pena de muerte como posible castigo, estos tres acusados han aceptado declararse culpables de todos los delitos que se les imputan, incluido el asesinato de las 2.976 personas enumeradas en el pliego de cargos”, dice la carta firmada por el contralmirante Aaron C. Rugh, fiscal jefe de comisiones militares, y tres abogados de su equipo, según The New York Times.
Evitan un juicio de entre 12 y 18 meses
El hecho de que los acusados se hayan declarado culpables evita lo que se preveía como un juicio que podía durar entre 12 y 18 meses o, alternativamente, la posibilidad de que el juez militar desestimara confesiones que eran clave para el caso del gobierno.
Esta declaración de culpabilidad no solo ahorra tiempo y recursos significativos tanto para la fiscalía como para la defensa, sino que también elimina la incertidumbre inherente a un juicio prolongado.
El cerebro detrás del 11-S
Mohammed era considerado uno de los lugartenientes más inteligentes y de mayor confianza de Osama bin Laden, jefe de Al Qaeda, antes de su captura en marzo de 2003 en Pakistán. Después pasó tres años en prisiones secretas de la CIA antes de llegar a Guantánamo en 2006.
Este ingeniero de formación participó en una serie de grandes complots contra Estados Unidos, país en el que había cursado estudios universitarios.
Además de planear la operación para derribar las Torres Gemelas, Mohammed afirma haber decapitado personalmente al periodista estadounidense Daniel Pearl en 2002 con su “bendita mano derecha”, y haber colaborado en el atentado contra el World Trade Center de 1993, en el que murieron seis personas.
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