Los jóvenes en Corea del Sur se niegan a trabajar 14 horas al día
La población juvenil se posicionó contra la reforma del conservador Yoon Suk-yeol, que aumentaba las horas de trabajo semanales y que contaba con el visto bueno de los empresarios.
Corea del Sur se encuentra, a día de hoy, entre las economías más consolidadas y estables del panorama internacional. Según un informe del Santander, el país surcoreano ocupa el duodécimo puesto entre las mayores potencias económicas del mundo, y el cuarto en Asia en 2023. Consiguió sobrevivir a la crisis económica y financiera del 2008, así como a la pandemia por COVID.
La clave de esta radical transformación del país surcoreano, desde finales de la década de 1950 y principios de 1960, hasta ahora, ha sido el desarrollo de la tecnología y innovación para promover el crecimiento económico, mediante el cambio de su modelo basado en el sector primario donde predominaban los ingresos rurales y agrícolas, a otro donde la industria y el sector servicios juega un papel fundamental. Sectores como el textil, siderurgia, automoción, naval y electrónica, son el sostén de su economía.
Asimismo, el hecho de consolidarse como el mayor productor mundial de semiconductores y el impulso de la economía mediante un gasto fiscal expansivo, permitieron a los surcoreanos pasar de encontrarse entre las naciones más pobres del mundo, a colocarse cerca de las diez mayores potencias económicas a nivel global. También es uno de los países con la tasa de desempleo más baja del mundo, del 2,6% el pasado abril según el portal ‘Trading Economics’.
También se le suma la apertura al comercio exterior y con él, la aparición de los denominados ‘chaebol’, es decir, los grandes conglomerados empresariales con fuerte influencia en la economía del país. Entre ellos, se encuentran multinacionales referentes en sus respectivos sectores, como LG, Hyundai o Samsung. Aun así, otro factor que contribuyó al crecimiento económico fue su modelo de productividad laboral, caracterizado por el elevado número de horas semanales que lo compone.
La reforma laboral, aprobada en 2018 por el gobierno del Partido Democrático, de centroizquierda, fijó que la jornada de trabajo no podía exceder las 52 horas semanales entre las horas rutinarias y las ‘extra’. Sin embargo, la nueva propuesta presentada por el Ejecutivo del conservador Yoon Suk-yeol propone una jornada laboral de 69 horas semanales, es decir, 14 horas más que las fijadas por ley actualmente. Una decisión que contaba con el visto bueno de los empresarios.
Pese a su incremento, según El País, el Gobierno ofrecía como alternativa a los trabajadores la posibilidad de cobrar esas horas de más, y también la opción de trabajar esas horas más adelante y contar con mayor periodo de vacaciones. Sin embargo, la medida contó con el rechazo social, en concreto, de la población juvenil, que convocó varias manifestaciones el pasado mes de marzo en Seúl en señal de protesta.
Crítica desde los sindicatos y la oposición
Tanto los sindicatos surcoreanos, como la oposición, se mostraron críticos con la propuesta conservadora. “No se tiene en cuenta la salud ni el descanso de los trabajadores”, dijeron representantes de la Confederación Coreana de Sindicatos. Además, achacaron la extensa jornada laboral como una de las causas de la baja tasa de natalidad que sufre el país. Las manifestaciones de los jóvenes y el rechazo frontal a la propuesta, obligaron al Gobierno a reconsiderar el plan que tenían previsto ejecutar.