Los expertos noquean el sentido común y piden no hacer esto con el aire acondicionado en verano
La OCU desmiente uno de los mitos más populares sobre el uso del aire acondicionado y advierte sobre las consecuencias que puede suponer llevarlo a cabo.

Con la llegada de una nueva ola de calor a España, el aire acondicionado parece ser uno de los mejores aliados contra las altas temperaturas. Llegar a casa y encender el aire es una rutina que se lleva haciendo desde su invención en 1926 por Willis Carrier, un empleado de una empresa de ventiladores.
El aire acondicionado es uno de los inventos más usados en verano para combatir el calor por su rápida capacidad de enfriar el ambiente. No obstante, a pesar de ser su eficacia contra el calor del verano, el uso de los aires acondicionados suele estar limitado debido al gran gasto energético que consume en comparación con otros aparatos como el ventilador.
Un método para ahorrar energía y mantener la casa con una temperatura adecuada es encender el aire acondicionado en unos 18 o 20ºC y una vez que empieza a hacer frío dentro de la sala se apaga. El aire frío se va calentando con el tiempo y cuando la temperatura supera los 30 grados aproximadamente, o cuando los ocupantes de la habitación empiezan a tener de nuevo calor, vuelven a encender el aparato.
Desmintiendo mitos populares
La acción de encender y apagar el aire acondicionado cada vez que alguien tiene calor no ahorra tanto como aparenta hacer. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha desmentido este mito para ahorrar energía. “Lo mejor es regular la temperatura que deseas en la habitación y dejar al aparato trabajar”, explica la organización según National Geographic.
Tener el aire acondicionado todo el día encendido puede ser hasta doloroso para algunas personas al imaginar la gran cifra de consumo que van a tener que pagar por el aparato. La OCU, a diferencia de lo que se cree, aconseja mantener el aire encendido mientras se está en la habitación evitando encenderlo y apagarlo constantemente.
Por qué no se debería apagar
“Si pones el termostato muy bajo cuando llegar a casa con calor y después lo paras porque sientes frío y, al rato, lo vuelves a conectar a tope, obligas al equipo a trabajar siempre al 100% y consumirás más”, advierte la OCU. El primer factor a tener en cuenta es la temperatura, el aparato tardará lo mismo en enfriar el aire a 24ºC que a 18ºC, pero en este último caso se consume más, pues tendrá que trabajar más duro hasta llegar a los grados deseados.
Este esfuerzo extra aumenta significativamente en el consumo de electricidad. Según la OCU, por cada grado más frío que se ajuste, el coste de la luz subirá alrededor de un 10%. Para evitar este coste extra se recomienda siempre ajustar el aire unos 8ºC más bajos de la temperatura exterior. No se recomienda bajar de los 24 grados, salvo en el caso de superar los 32 grados fuera.
El hecho de mantener encendido el aire constantemente puede asustar, pues se cree que el tiempo en el que permanece apagado se está ahorrando, pero eso solo es una falsa creencia. Como se ha mencionado anteriormente, cada vez que se enciende, el aire acondicionado tiene que trabajar más de lo normal para llegar a la temperatura que se desee, aumentando el coste de energía. Una vez que ha alcanzado los grados programados, el trabajo disminuye drásticamente y al mantenerlo en una temperatura media de 24ºC, el consumo será mínimo y se mantendrá la casa fría.
Otra manera de ahorrar
La OCU aconseja también escoger aparatos con etiqueta A+++ y usarlos en modo Eco o Smart para evitar esos picos de consumo eléctrico, pero este no es el única ventaja de saber elegir un buen aire acondicionado. A la hora de seleccionar cuál se va a comprar es importante saber si consta de tecnología inverter.
Los aparatos con este tipo de tecnología consiguen mantener la temperatura deseada de manera fija y a pesar de permanecer encendidos mientras mantienen esos grados en la habitación, solo se ponen en marcha si se les aumenta la temperatura, consumiendo significativamente solo en esos momentos.
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Otra forma de ahorrar energía es limpiando de manera anual los filtros de los aires acondicionados. Estos filtros suelen acumular polvo con el paso del tiempo y si no se retira con frecuencia pueden aumentar entre un 5 y 15% el consumo del hogar.
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