Los alimentos que debemos tirar si le sale moho y a los que les podemos cortar una parte
Como norma general se deben tirar de inmediato las frutas y hortalizas suaves, como los tomates. En el caso de salamis y quesos duros podemos cortar la parte afectada.
Siempre que nos ocurre una situación de este tipo surge la duda. ¿Debería tirar el alimento entero que tiene moho, o quizá vale con cortar ese trozo que está algo peor? Es algo que suele ocurrir, por ejemplo, con los tomates, manzanas o cebollas, por mencionar alguno. Pero es algo extensible a casi la totalidad de la comida. De forma general, lo ideal es tirar el alimento al completo, porque aunque otras zonas visualmente parecen bien, pueden estar contaminadas por micotoxinas (toxinas fúngicas) invisibles.
Porque el problema, en realidad, está en estas micotoxinas, más que en el hongo como tal. Estas micotoxinas son unas sustancias tóxicas generadas por ciertos tipos de hongos, como los de los géneros Penicillium, Fusarium y Aspergillus, como explica la tecnóloga de los, Beatriz Robles, a Maldita. Unas toxinas que aparecen de forma natural, y no porque los alimentos estén mal conservados. Así, es algo casi inevitable.
Se debe tener cuidado con tomar un alimento que haya tenido moho, puesto que en algunos casos pueden causar toxicidad aguda o crónica. De las más de 300 micotoxinas, son seis tipos las que se pueden encontrar en los alimentos. Y alguna de ellas, como las aflatoxinas, son cancerígenas. “Una vez presentes en el alimento, ya no se puede descontamina. Además, no suelen desaparecer mediante el cocinado”, explican desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
Dónde aparecen y cuáles debes tirar
De forma general, la presencia de estas micotoxinas suele ser más habitual sobre todo en el trigo, maíz, los cacahuetes, frutos secos o las habas de café, entre otros. Pero en estos casos, se estima que cerca del 25% de las cosechas están contaminadas por hongos.
Entre los alimentos que debemos tirar sí o sí, cuando encontremos moho en ellos, están las frutas y las hortalizas suaves (melocotones y tomates, entre otros). No ocurre igual en el caso de los alimentos duros. Por ejemplo, en un queso curado podemos retirar la zona en la que se encuentra el moho, con un cierto margen para asegurarnos de que quitamos todo lo que no está en condiciones comer.
A modo de establecer una pauta más fiable, se deben tirar los alimentos con mucha humedad, puesto que pueden estar contaminados bajo la superficie. Algunos de ellos son los fiambres, carnes como las salchichas, granos y pasta cocida, quesos blandos, yogures, mermeladas, jaleas y productos horneados. En el caso contrario encontramos, como explica en castellano la web del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, los salamis duros o los jamones secos y curados tras retirar la parte contaminada de la superficie.
Del mismo modo, retirando al menos dos centímetros alrededor de donde creció el hongo, se puede hacer con quesos duros como el gorgonzola y frutas y verduras firmes, como las zanahorias o el repollo. Pero lo que nunca se debe hacer, según Beatriz Robles, es acercarse el alimento a las fosas nasales, pues con ello “podemos aspirar las esporas”.