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Los 5 trucos para elegir el mejor melón y sandía de la frutería: así puedes saber si están maduros o no

Te contamos la mejor forma de seleccionar el postre ideal para la campaña estival y cuándo es el momento idóneo para consumir el melón y la sandía.

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Pixabay

El verano está a la vuelta de la esquina, las vacaciones llegan y el buen tiempo empieza a dejarse notar cada vez en más puntos del país. La llegada de este tiempo, además, está estrechamente relacionada con la presencia de dos frutas típicamente veraniegas: el melón y la sandía. Como ocurre con el eterno debate de la tortilla (con o sin cebolla), existe otro no menos importante en esta época.

Porque igual que hay acérrimos defensores de la tortilla con cebolla, los hay que colocan el melón por encima de la sandía (y viceversa) en la escala culinaria. Pero, sea cual sea el caso, es importante saber elegir cuando nos encontramos en nuestro supermercado o frutería de referencia. Porque no son pocas las veces que, tras haberlo comprado, lo abrimos en casa y nos llevamos una desagradable sorpresa al ver que aún no está maduro.

Los 5 mejores trucos para acertar con el melón y la sandía

Este, por tanto, es el gran problema: elegir cuál está en mejores condiciones para su consumo. Para no llegar a casa y abrir un melón pasado o que todavía no ha llegado a su punto idóneo de maduración, existen varios trucos para acertar con la elección. Porque podemos haber escogido uno que esté en su punto exacto de maduración, o bien otro al que todavía le falte algo.

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Cómo elegir el mejor melón

  • El color: para saber si está maduro, su color no debe ser muy verde y brillante, ya que eso significa que necesitará más tiempo; en cambio, si es amarillo fuerte se tratará de un melón pasado. Por ello, lo ideal es que su tono sea verde medio con ligeras manchas de color amarillo.
  • Las grietas: son un indicativo de madurez, pero si se encuentran en exceso podría ser que estuviera dañado en su interior. Pese a ello, un buen melón debe tener grietas tanto en sus extremos como a lo largo del mismo.
  • El tacto: debe presionarse en sus extremos ligeramente. Si el tacto es blando, quiere decir que el melón está dulce, pero si se hunden los dedos, es que se ha pasado de maduración.
  • El sonido: se deben dar unos pequeños golpecitos al melón: si suena duro, es que está verde en su interior; en cambio, si su sonido es hueco y vibra significa que se trata de un fruto en perfecto estado.
  • El olor: si el olor del extremo del melón es dulce y afrutado, es que se puede consumir, pero si no se percibe así, se trata de un producto que no ha alcanzado su grado de madurez adecuado.

Por su parte, la sandía aporta vitaminas, antioxidantes, minerales y casi no tiene calorías. Para disfrutar de su sabor en todo su esplendor, lo ideal es consumirla en su punto perfecto de maduración, pero lograrlo se hace más difícil debido a su gran cáscara exterior. Aun así, existen una serie de consejos para llegar a un producto adecuado.

Una estudiante de la provincia china de Shenyang esculpe una figura de Leo Messi en una sandía.
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Una estudiante de la provincia china de Shenyang esculpe una figura de Leo Messi en una sandía. AFP

Cómo elegir la mejor sandía

  • La apariencia: suelen recolectarse antes de su punto de maduración, por lo que hay que fijarse en su apariencia. En el caso de la sandía, cuanto más color y brillo tengan, más les queda para alcanzar su estado idóneo.
  • La forma: lo ideal es coger la más redonda y con menos grietas o golpes. En caso de que tenga muchas, puede ser señal de que no haya recibido el agua o sol adecuado y podría verse alterado su sabor.
  • El peso: si es ligera, el sabor y la textura de la sandía podrían no tener la consistencia necesaria para ser un producto de calidad.
  • El sonido: al igual que ocurre con el melón, se debe seguir el ritual de los golpecitos en su base. Si el sonido es hueco y fuerte, se trata de una sandía ideal, pero si retumba o apenas se escucha, la fruta no estará madura del todo. Si al agarrarla la corteza está blanda, quiere decir que ya se ha pasado.
  • El color: si la sandía tiene un color algo más amarillento puede significar que está un poco más verde y necesitará algo de tiempo para su degustación. El mejor momento para comer una buena sandía es cuando está de un color más verde oscuro. Sin embargo, hay especies que pueden generar dudas.

Ahora, con estos trucos, se acabaron las sorpresas siempre que acudamos al supermercado, pudiendo disfrutar de este manjar del verano eligiendo la mejor opción. Y tú, ¿de qué lado estás? ¿Team sandía o team melón?

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