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SOCIEDAD

Liberan en León a un oso con la cabeza atrapada en un contenedor de plástico

El ejemplar, de casi 100 kilos de peso, fue avistado por un vecino, que rápidamente alertó a las autoridades. Tras ser liberado, se le colocó un collar GPS.

Liberan en León a un oso con la cabeza atrapada en un contenedor de plástico
Fundación Oso Pardo

Lo que pudo terminar de la peor forma posible, por fortuna, ha acabado bien. Unas duras imágenes que, finalmente, han tenido su final feliz. La localidad de Anllares del Sil, en León, fue testigo de una escena que no nos gustaría volver a ver. Un gran oso negro, de casi 100 kilos de peso (unos 98,5), con la cabeza atrapada en un bidón verde de plástico. Dando tumbos, de un lado para otro, sin poder sacar su cabeza.

Los técnicos de la Junta de Castilla y León le liberaron de una situación que, más allá impedirle comer o beber, le podía haber causado la muerte. Borja Martínez, vecino del municipio, fue el primero en dar la voz de alarma. Alrededor de las 8:45 horas de la mañana de ayer informaba a la Fundación Oso Pardo (FOP) de la presencia de un ejemplar con problemas en las inmediaciones de su pueblo. Lo encontró, explica a El País, por casualidad.

“Fue una coincidencia. El animal estaba desorientado, dando vueltas y no se acercaba al bosque, porque yo creo que al no ver y darse con los árboles y se asustaba”, afirma. Tras avisar a la fundación, ésta se puso en contacto inmediatamente con las autoridades. Tras registrar lo ocurrido, pronto le bridaron ayuda para tranquilizar al animal y retirarle el bidón de plástico de la cabeza.

“Un oso se ha acercado buscando comida a una instalación en donde había un dispensador de maíz de plástico. Ha metido la cabeza, quedando esta atrapada”, explican desde la fundación. El presidente de la FOP, Guillermo Palomero, no descarta que el animal llevara varios días sin poder comer, según indica el peso con el que se lo encontraron.

Plan de ‘rescate’

Pasaban las 9:30 horas de la mañana cuando, una vez tranquilizado, un equipo de veterinarios de la Junta de Castilla y León, le aplicó un dardo anestésico con el que fue dormido durante doce minutos. Una operación para la que disponían de poco tiempo. Así, inmediatamente, procedieron a retirarle el bidón de la cabeza. Se le colocó, además, un “collar con GPS para poder monitorizar los movimientos”.

Tras la exitosa intervención, comprobaron que no le había dado tiempo a deshidratarse durante las horas que había estado encerrado. Tras ello, procedieron a despertarle con otra inyección. Si bien el oso estaba cerca de una escombrera, los técnicos creen que no fue allí donde el oso quedó atrapado en el bidón, explica David Cubero, jefe de servicio de espacios naturales, fauna y flora de Castilla y León. “No era un oso habituado a estar por la zona, no teníamos ningún aviso de que se hubiera acercado por huertas en busca de frutales”, explica.