Las únicas dos bebidas que son tan saludables como el agua
Un estudio de Harvard ha revelado que tanto el café como el té poseen unas propiedades que, en un consumo controlado, reportan beneficios tan buenos como el agua al organismo.
Somos lo que comemos. Esta expresión la pronunció por vez primera un tal Ludwig Feuerbach, un alemán que ganó cierta fama como filósofo y que convirtió su humanismo en una serie de obras de marcado carácter antropológico. Un hombre que fue muchas cosas, pero que, sobre todo, era profundamente ateo. Así su pensamiento, en uno de sus escritos, Enseñanza de la alimentación, dedicó a la Iglesia la siguiente frase: “Si se quiere mejorar al pueblo, en vez de discursos contra los pecados denle mejores alimentos. El hombre es lo que come”.
Y a esta frase habría que añadir una segunda parte, puesto que también somos lo que bebemos. La recomendación médica de beber, al menos, dos litros de agua al día guarda una estrecha relación con que el 65% del peso corporal se corresponda al mismo líquido. No por ello significa que sea la única bebida sana y saludable. De hecho, un grupo de investigadores ha revelado que comparte podio con dos más.
Tan sanas como el agua, pero perjudiciales en exceso
Son dos que todos los hogares españoles tienen en la cocina y que, además de beneficiosas para el organismo, aportan propiedades antioxidantes y ayudan a reducir el nivel de colesterol y regular el azúcar en sangre. Así lo ha demostrado un estudio reciente de Harvard. Son dos: una el café y otra el té. Y no vale consumirlas de cualquier forma: deben tomarse sin añadir edulcorantes para no alterar sus efectos.
En la alimentación, como en la filosofía aristotélica, se considera que la virtud está en el punto medio entre dos extremos viciosos. Lo mismo ocurre con estas dos bebidas. Es cierto que el café es fuente de polifenoles, como el ácido quínico o el clorogénico, y de diterpenos, como el cafestol o el kahweol, además de poseer magnesio, vitamina B2 y cafeína. No obstante, un uso desmedido del mismo puede provocar fuertes daños a la salud gastrointestinal.
Y algo parecido ocurre con el té, cuya principal propiedad es la teína. A los polifenoles, que comparte con el café, hay que sumar flavonoles, como la quercetina, el kaempferol o la miricetina. Todos con grandes aportaciones saludables para el organismo. Por el contrario, un abuso del té podría desencadenar ansiedad, estrés y falta de descanso. Con este conocimiento bajo la manga, y aplicándolo a la dieta, sería posible añadir a aquello de que el hombre es lo que come que, además, es lo que bebe.