Las hormigas cabezonas ‘acaban’ con los leones de África
Un estudio realizado en Kenia durante 30 años, publicado en Science, reveló una “catástrofe ecológica en cadena” que acerca a los leones a la extinción.
Los leones de la zona natural protegida Ol Pegeta, en Kenia, han experimentado un cambio en su comportamiento depredador como consecuencia de la llegada de las denominadas hormigas ‘cabezonas’ (Pheidole megacephala) a esta sabana.
El aterrizaje de estos insectos ha provocado, con ello, una menor efectividad de los leones a la hora de cazar cebras, su principal presa. Dos conclusiones a las que ha llegado un equipo internacional formado por 20 ecólogos de la Universidad de Florida (Estados Unidos), cuya investigación se ha publicado en la revista Science después de 30 años de análisis para comprender la evolución del ecosistema.
Según la versión de los investigadores, la especie invasora ha propiciado una “catástrofe ecológica en cadena” que, en el peor de los escenarios, podría acabar con la extinción de los leones. Estas hormigas se encuentran en el ranking de las 100 especies invasoras más dañinas del planeta. A esto, se suma la simbiosis con otro tipo de especies a su llegada al este de África, como las hormigas nativas o ‘guardianas’ (Crematogaster mimosae), y la acacia Vachellia drepanolobium.
“Es una reacción en cadena”
Esta acacia proporcionaba néctar y refugio a las hormigas nativas, cuyo papel pasa por defender a estos los árboles de herbívoros como elefantes y/o jirafas. Estas llegan a picar en la boca o en la trompa para alejar a estos animales de las acacias. “Estaban estabilizando la cubierta arbórea en estos paisajes”, contaron los autores de la investigación. Ahora, la llegada de las hormigas cabezonas ha cambiado por completo el panorama, hasta el punto de que afecta de lleno a los leones.
Ahora, estos nuevos insectos acaban con las hormigas nativas, por lo que no se puede proteger a las acacias de los animales herbívoros, que pueden ser arrasadas por elefantes. A su vez, la desaparición de estas plantas supone un inconveniente para los leones a la hora de cazar a sus presas, porque no pueden esconderse antes de abalanzarse sobre ellas. “Es una reacción en cadena”, expresaron los autores de la investigación.
Durante el inicio del siglo XXI, el número de muertes de cebras por leones se redujo del 67 al 42%. Una situación que ha obligado a los leones a apostar por otra alternativa en su etapa de caza, siendo los búfalos su prioridad. A diferencia del caso de las cebras, la caza de búfalos por parte de los leones aumentó un 42%.