La zona del País Vasco a la que llaman “la California de Europa”
El País Vasco, tanto el español como el francés, es denominado así debido a sus tradiciones y a su fuerte cultura empresarial.
Todos conocemos el País Vasco. Álava, Vizcaya y Guipúzcoa. Su increíble gastronomía, su idioma propio, sus curiosas actividades deportivas… Pero desde España desconocemos más el denominado País Vasco francés. Esta es una zona que se encuentra al norte del País Vasco, y que, evidentemente, está en Francia. Tiene alrededor de 300.000 habitantes y está dividido en tres provincias: Lapurdi (Labord), Nafarroa Beherea (Baja Navarra) y Zuberoa (Sola), que comprenden 158 municipios franceses. En total, contando la provincia española de Navarra, el País Vasco comprendería siete provincias.
Pues bien, hoy en día se conoce a esta zona como “la pequeña California francesa” o “la California de Europa”. Esta denominación viene precisamente del auge emprendedor en la zona. El portal francés ‘Geo’ afirma que “este pueblo de fieros trabajadores y alegres juerguistas extrae su fuerza de sus costumbres”. Mencionan que una de estas costumbres estaba relacionada con la primogenitura en las familias campesinas. Los hijos eran “obligados” a “echarse a la mar para forjar su propio futuro”, algo que finalmente fue abolido tras la Revolución Francesa. De esta costumbre nace la llamada “octava provincia” del País Vasco, ya que repartía a 5 millones de personas a lo largo del planeta.
¿Por qué esta denominación?
El auge emprendedor y empresario en esta zona es la principal razón por la que recibe el nombre de “la California de Europa”.
El medio ‘Geo’ recoge el testimonio de Emmanuel Poirmeur, un hombre de 45 años que plantó unas viñas en una zona típica de surfistas y que, durante mucho tiempo, recibió burlas por ello. Nadie entendía las razones que podía tener y le aseguraban que era un “bicho raro” y que solo “cultivaría manzanas”.
Emmanuel se instaló en 2009 en una región que comprendía unas hectáreas entre Ciboure y Hendaya, una zona saliente que suele sufrir mucho viento, de ahí la predilección de los surfistas por ella.
Además de producir vino junto al Atlántico, también lo hace bajo sus aguas. Este método innovador, que ha patentado, consiste en sumergir barriles de plástico a 10 metros de profundidad en la bahía de San Juan de Luz durante seis meses. “La temperatura y el movimiento del agua facilitan la fermentación”, comenta el ingeniero agrónomo que se convirtió en enólogo. “Su vino, con una sutil efervescencia y notas de guayaba y cítricos, ha sorprendido a muchos y ha sido acogido con entusiasmo en la costa vasca.”
Emmanuel afirma que “explorar nuevos territorios, arriesgarse, aunque sea para fracasar, forma parte del alma vasca”. La cantidad de historias de este estilo que hay para contar dentro de esta región es motivo de este apodo. Pero además, la colaboración y la combinación de recursos han sido siempre una parte integral del pensamiento colectivo vasco. A principios del siglo XX, esta idea se materializó a través de la formación de cooperativas.
Una de estas cooperativas es el grupo Mondragón, un grupo de más de 250 cooperativas y empresas originario de la zona que lleva su nombre. Fundada en España por el sacerdote José María Arizmendiarrieta, es el principal referente del movimiento cooperativo vasco.
En la región francesa, el dinamismo se refleja en la creación de un promedio de 2.200 nuevas empresas al año en una zona con 310.000 habitantes, estableciendo un récord nacional. Además, la tasa de desempleo es dos puntos más bajos que la media del país. En España, donde residen 3,5 millones de personas, la tasa de paro ha sido consistentemente inferior a la media nacional durante las últimas dos décadas. San Sebastián destaca como un epicentro de modernidad, atrayendo a aficionados de la gastronomía los fines de semana y a científicos e ingenieros durante la semana.
La “economía azul” vasca
Pero no solo esta región obtiene este apodo del auge empresario, sino también de lo que se conoce como “economía azul”. El desarrollo marino del País Vasco, impulsado por innovaciones como el biomimetismo y la energía de las olas, está en auge. Parques tecnológicos como Technocité y Arkinova destacan en robótica y eco-construcción. Start-ups como Scale en Anglet reutilizan escamas de pescado para crear materiales reciclables. La Costa Oeste atrae a jubilados, turistas y teletrabajadores, con alta demanda de viviendas y modernos espacios de coworking en lugares como Biarritz, donde el trabajo y el ocio se combinan fácilmente.
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