La solución viral de un pueblo gallego para protestar contra algunos turistas
Alrededor de 60 vecinos han montado en O Hío (Galicia) un control de carretera. ¿Y qué reclaman haciendo este tipo de acciones? Está claro: una reordenación y un plan de tráfico a las playas.
No es la primera vez este año que el turismo masivo provoca molestias y enfados entre cierta parte de la población española. Y es que hay personas que acuden a nuestro país a veranear y hacen de todo menos eso: fiestas, retos virales, ruidos hasta altas horas de la madrugada...
Precisamente en O Hío (Galicia), molestos por la afluencia de turistas y su comportamiento irrespetuoso, han ideado una solución que pretenden que sea efectiva a corto plazo: alrededor de 60 vecinos han montado recientemente un control de carretera a las 11:30 horas.
“Hemos llegado al límite”
Según ‘La Voz de Galicia’, se han turnado para cruzar de forma continua tres pasos de peatones de la ciudad, bloqueando por completo el acceso a la playa. ¿Y qué reclaman haciendo este tipo de acciones? Está claro: una reordenación y un plan de tráfico a las playas.
“Estamos hartos de que los coches aparquen donde quieran, con total impunidad, no hay multas para ellos. Hemos llegado al límite”, ha explicado de manera contundente una portavoz de los concentrados, Esperanza Veiga, al citado medio.
Lo que ha pasado
Y razón no le falta. Como era previsible, el atasco ha generado importantes retenciones, de varios centenares de metros por la carretera principal que atraviesa el centro de O Hío. Incluso, entre los vehículos atrapados, había autocaravanas de campistas.
Aunque se desconoce el número de vehículos afectados, porque el tramo cortado tiene muchas curvas, los vecinos han conseguido que, con este hecho, los medios de comunicación se hagan eco de su problemática y no pasen de ellos como en otras ocasiones.
Acción disuelta rápidamente para evitar males mayores
Lejos de estar en contra de todos los turistas, los vecinos han querido dejar constancia que solamente se oponen a la masificación desordenada que les impide vivir en paz, como el resto del año, y les altera el ritmo de su vida cotidiana.
Para evitar que la Guardia Civil llegase a tiempo e identificase a los vecinos, las tres concentraciones se han disuelto a los veinte minutos. Aunque no es la primera protesta de este periodo veraniego, tampoco se descarta que sea la última. Y eso que ya queda poco para que se acabe.
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