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SOCIEDAD

La razón por la que las patatas con sabor a jamón son tóxicas

El perfil de TikTok @alimentostoxicos mencionó a los tres potenciadores de sabor a evitar, que son el guanilato disódico e-627, glutamato monosódico e-621, y el inosinato sódico e-631.

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La razón por la que las patatas con sabor a jamón son tóxicas
Wikimedia Commons

Las patatas fritas son uno de los snacks más consumidos por la población entre cada comida del día, entre ellas, aquellas con sabor a jamón. Sin embargo, algunos de los ingredientes utilizados para su elaboración pasan desapercibidos entre los consumidores.

El perfil de TikTok @alimentostoxicos mencionó el motivo por el cual debemos abstenernos del consumo de este tipo de patatas. “Mucho ojo con esto. Tiene tres potenciadores de sabor, y son altamente tóxicos y muy peligrosos”, dijo en primer lugar. El primero de ellos era el glutamato monosódico e-621. Sobre este aditivo, dijo que “activa los receptores neuronales que envía al cerebro la sensación de querer seguir comiendo más”.

Las sopas, las croquetas, los gusanitos, todos los productos cárnicos procesados, encurtidos como las aceitunas, pastillas de caldo y las salsas, así como las cremas y los purés, también cuentan con este aditivo. En julio de 2017, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), estableció un límite máximo a la ingesta diaria de este aditivo. La admisible es de 30 miligramos de glutamato monosódico por cada kilo de peso del consumidor.

Sin embargo, no fue el único sobre el que se pronunció. También hizo lo propio guanilato disódico e-627, cuya función es idéntica al primer potenciador. Sobre el inosinato sódico e-631, un aditivo alimentario que también suele encontrarse en otros snacks como los fideos instantáneos: “No te comes algo porque esté bueno o aderezado, sino porque es una patata con tres potenciadores de sabor químicos y sintéticos”, sentenció.

Con respecto al segundo potenciador de sabor, además de las patatas fritas, también está presente en otros productos como los nachos, los torreznos, condimentos, encurtidos, sopas en polvo, salsas, patatas, cremas, quesos untables, latas y conservas de productos del mar. Su consumo no está recomendado en menores de edad, ni tampoco en mujeres embarazadas.