La laguna más grande de Doñana se queda sin agua
Santa Olalla se seca por completo por segundo año consecutivo y los expertos responsabilizan a la sequía y a la sobreexplotación del acuífero.
La laguna permanente de Santa Olalla, la más grande de este tipo del Espacio Natural de Doñana, se ha secado por segundo año consecutivo, un hecho que, desde que se tienen registros, no había ocurrido jamás. Así lo ha comprobado la Infraestructura Científica y Técnica Singular-Reserva Biológica de Doñana (ICTS-RBD) mediante su sistema de cámaras.
La Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) emitió un comunicado este jueves en el que constata “la grave situación en la que se encuentra el sistema lagunar de Doñana y, con ello, toda la biodiversidad que depende de él”, y responsabiliza a “la grave sequía y a la sobreexplotación del acuífero” de la desecación.
“En los últimos años, las lagunas de Doñana están sufriendo un serio deterioro, cada vez dura menos su periodo de inundación y muchas de ellas ya no llegan a inundarse, lo cual está afectando gravemente a la biodiversidad que sustentan”, lamentan desde el CSIC, que señala que el 59% de las lagunas de mayor tamaño de Doñana ya han desaparecido.
Según el comunicado, las escasas lluvias han sido uno de los principales elementos que han afectado a la sequía. Aunque este año los niveles de precipitaciones (337mm hasta agosto) son algo mejores que el de 2021-2022 (283mm), tampoco “ha mejorado mucho”. Además, en ambos años se han registrado temperaturas máximas muy elevadas y la mayor temperatura media anual (18,53°C).
La sobreexplotación del acuífero es otro de los grandes problemas de Doñana. Los datos lo avalan: 8 de cada 10 lagunas se han secado antes de lo que se esperaría con los niveles de temperatura y precipitaciones registrados. Por otro lado, el 84% de las lagunas se inundó menos de lo previsto, “lo cual evidencia que la actividad humana está alterando el equilibrio natural de las lagunas y está agravando el problema”.
“Excesivas captaciones de agua” para Matalascañas”
La mayoría de las lagunas de Doñana son temporales y se llenan si hay precipitaciones. En la última década no se han registrado grandes precipitaciones, por lo que estas lagunas ‘perecederas’ no se han llenado, y las reservas del acuífero se han reducido. Con unas reservas tan bajas no se puede hacer frente a “las excesivas captaciones de agua para consumo de la localidad turística de Matalascañas” en verano ni a “los cultivos intensivos de fresa situados en los alrededores del parque”, que según el CSIC “han aumentado su superficie en más del 30% en los últimos 10 años”.
“Todo ello ha contribuido a reducir los niveles del acuífero, lo que impide que se inunden muchas lagunas o reduciendo el periodo que se mantienen inundadas, afectando a los ciclos vitales de las especies que viven en estos medios acuáticos”, indica el CSIC.
Posibles soluciones
Desde la Estación Biológica de Doñana exigen la reducción “urgente” de la cantidad de agua que se extrae del acuífero, actualizar el sistema de evaluación del estado del acuífero, realizar evaluaciones anuales de la disponibilidad de agua, restablecer de forma urgente la gobernanza de la gestión del agua y la ordenación del territorio en la comarca de Doñana, y proteger al sector agrícola “que opera bajo la legalidad” frente a la competencia desleal de los productores ilegales.