La historia del ‘San Telmo’, el navío español desaparecido en 1819 que pudo ser el primero en llegar a la Antártida
Una investigación arqueológica y científica en la zona confirma con pruebas que los españoles fueron los primeros en llegar a la zona, aunque el mérito se lo llevaran los ingleses.
El navío San Telmo fue un barco de línea español con 74 cañones, construido en 1788 en los astilleros de Esteiro de Ferrol. Desapareció en septiembre de 1819 mientras intentaba cruzar el Cabo de Hornos, una de las zonas más peligrosas para la navegación.
El San Telmo formaba parte de una expedición (junto con dos fragatas, la Prueba y la Primorosa Mariana, que fueron las únicas que llegaron al Callao y dieron testimonio del último avistamiento) que estaba destinada a reforzar el poder naval español en el Océano Pacífico. Sin embargo, durante una fuerte tormenta, el barco se separó del convoy de naves que iban juntas y fue visto por última vez en condiciones muy dañadas.
Se cree que naufragó en alguna de las islas Shetland del Sur (nombradas así en honor de las islas del mismo nombre que se encuentran al norte de Escocia), y algunos historiadores sugieren que podría haber sido uno de los primeros barcos en llegar a la Antártida. No sólo historiadores, sino también diferentes investigación científicas.
1822, se confirma su desaparición
La historia guarda este párrafo de su desaparición. “El 6 de mayo de 1822 se llegó a confirmar su desaparición con las más de 644 personas que llevaba. “En consideración al mucho tiempo que ha transcurrido desde la salida del navío San Telmo del puerto de Cádiz el 11 de mayo de 1819 para el Mar Pacífico y a las pocas esperanzas de que se hubiera salvado este buque, cuyo paradero se ignora, resolvió el Rey, que según propuesta del Capitán General de la Armada fuera dado de baja el referido navío y sus individuos...”.
La ciencia podría cambiar el descubrimiento de la Antártida
Según la Sociedad Española de Geografía, la versión oficial considera al británico William Smith el primero en desembarcar en la Antártida, apenas unos meses después de la desaparición del San Telmo. “Se ha descubierto que fue el malogrado barco español el que llegó primero (a la deriva) y que incluso en su naufragio algunos supervivientes consiguieron vivir algún tiempo hasta que el frío, el hambre y la desesperación acabaron con ellos”.
Pero otro inglés, el capitán Robert Fildes, en su diario, narró que al norte de una de las islas, la denominada hoy Livingston, hallaron los restos de un naufragio que el capitán definió como de tipología española y que se había producido no hacía mucho tiempo. “En sus notas aparecen algunos datos haciendo claras alusiones al navío español perdido unos meses antes en las aguas del Cabo de Hornos y cuyas noticias de desaparición ya se habían extendido por todos los puertos del sur del continente”, afirma la SEG.
Un misterio con pruebas arqueológicas
En los años ‘90 el catedrático Martín Bueno de la Universidad de Zaragoza, junto con un grupo hispano - chileno de arqueólogos, geólogos y marinos de la Armada, organizó varias campañas arqueológicas de investigación en la zona. El objetivo era buscar evidencias para saber si de verdad habían hecho historia en la Antártida.
Y es que en la cartografía antigua aparecían nombres de islotes llamados Telmo Island. Y encontraron las pruebas en forma de restos de telas de las que se usaban en los uniformes, sandalias típicas de los marinos españoles de la época, objetos varios del momento, como vinajeras de plata y huesos de cerdo, animales que solía embarcar la Armada y que no correspondían con un ballenero.
Falta mucho por reconocer, por investigar, por datar, y no se ha mirado nada en el fondo del mar, lo que daría pie a corroborar con más datos el descubrimiento de la Antártida por parte de los españoles, que sabían y eran conscientes de que estaban totalmente solos, aunque salieran a pedir ayuda, porque esa zona, esas islas heladas, no existían en ningún mapa de cartografía.
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