La extraña tradición de los noruegos en las camas de matrimonio
Se trata del uso de edredones individuales. Una costumbre vikinga que busca preservar el espacio personal de los noruegos y ayudarles a conservar el calor.
Hablando mal y pronto, cada país es un mundo. Las diferencias culturales son uno de los aspectos más destacables que distinguen las diversas sociedades de todo el mundo y las hace únicas por sus tradiciones. Con el auge de TikTok, son muchos los españoles que viven en el extranjero que aprovechan la viralidad de la aplicación para hablar de las numerosas diferencias que hay entre ambos países.
Este es el caso de Carla, @carlanebulosa en TikTok, una española que actualmente se encuentra viviendo en Noruega y que suele utilizar esta red social para compartir con sus seguidores las costumbres típicas del país nórdico. En los últimos días se ha hecho viral una publicación donde habla de una peculiar tradición escandinava le ha llamado especialmente la atención: el uso de edredones individuales en camas de matrimonio.
“Es una de las cosas que más me sorprendió cuando llegué a Noruega. Al principio pensé que era un error, pero luego descubrí que es una tradición bastante arraigada”, asegura con humor. Aunque a priori esto pueda parecer un dato sin mucha relevancia, lo cierto es que encierra un curioso significado cultural relacionado con el espacio personal y la intimidad.
Una costumbre vikinga
Para explicar el uso de edredones individuales hay que remontarse a la época vikinga, cuando cada persona dormía en su propia piel de animal para mantener el calor. Esta tradición con raíces históricas se ha mantenido hasta la actualidad por dos razones. Primeramente, los noruegos valoran mucho su espacio personal, ya no solo en el día a día, sino también al caer la noche, y eso se refleja incluso en las camas de matrimonio.
La segunda razón está relacionada con las temperaturas. Al ser un país nórdico, cuando se pone el sol los termómetros llegan a situarse en valores bajo cero, por lo que tener un edredón propio es necesario para conservar el calor de la mejor manera posible. “Así cada uno regula el nivel de calor a su gusto y nadie te roba la manta”, asegura Carla.
Todo tipo de reacciones
A pesar de haber explicado la razón de esta peculiar tradición, Carla asegura que esta técnica no le termina de convencer. “A mí me gusta acurrucarme con mi novio bajo la misma manta”, confiesa al final del vídeo, que ya acumula más de 12.000 visualizaciones y 600 me gustas.
Al contrario que la creadora de contenido, los comentarios se han llenado de gente que empatiza con esta curiosa costumbre nórdica. “Mi marido y yo tenemos el termostato diferente, él es más caluroso, de manera que mi cama la mitad lleva sábanas de coralina y la otra mitad sábanas normales”, asegura entre risas un usuario. “Yo prefiero individuales ya que a veces la otra persona es una estufa humana y la cama se convierte en una sauna sueca”, asegura otro optando por aún más intimidad en la cama.
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