‘Cepa 21′: todos los detalles de la detenida

El pasado mes de febrero un suceso sacudió a la bodega Cepa 21, en Castrillo de Duero (Valladolid). Una persona, captada por las cámaras de seguridad, se adentraba en las instalaciones y comenzaba a abrir los depósitos de vino, por los que llegaron a salir más de 60.000 litros. Unas pérdidas millonarias para la empresa. En su momento, el presidente de la bodega José Moro, ya sospechaba de que podría tratarse de alguien cercano a la misma.

“Se movía como si conociese perfectamente dónde estaba”, dijo en su momento. En las últimas horas, la Guardia Civil confirmó la detención de una mujer en relación con estos hechos, si bien no ofrecieron más detalles. Ahora, José Moro confirma lo que ya sospechaba meses atrás: se trata de una exempleada de su bodega.

Tal y como ha explicado el bodeguero, la mujer “había dejado la empresa tres días antes de que sucediera el boicot a la bodega, aunque se le había comunicado el despido con 15 días de antelación”. Durante ese tiempo, añade Moro, la mujer aprovechó para conseguir la clave de la alarma y una llave para entrar en las instalaciones. La detenida apenas llevaba un año en la bodega, y Moro no explica qué razones pudieron llevarle a cometer tal acto, que perjudicó seriamente a la empresa.

“La sensación es de incredulidad total porque no tenía sentido, imaginamos que hizo eso por desviar la atención. No hay razón, aunque hubiera sido injusto el despido. Es una barbaridad. No tuvimos problemas con ella y nos quedamos sin palabras con lo que hizo”, explica el bodeguero en Telecinco.

Intentó volver a la empresa

Además, él no era el único que sospechaba que detrás del sabotaje a la empresa podía estar ella. “Por los movimientos de ella, sus compañeros dijeron que les parecía que era ella”, añade José Moro. Pero esto no es todo. La mujer, después de producirse su despido y de cometer el acto vandálico contra la empresa, acudió de nuevo a la misma para pedir trabajo cuando surgió una nueva vacante. “Fue hace unos meses, cuando ya sospechábamos de ella”, apunta el presidente a El País.

El bodeguero, a su vez, asegura que el seguro “está siendo insensible con nosotros, es triste y lamentable y tengo que denunciarlo. Al principio todo fueron buenas palabras. Se analizó la trazabilidad, todo se contrastó y se vio que el vino era de calidad, pero a media que pasaba el tiempo se han desentendido. No nos han pagado. Hemos echado en falta este apoyo. Nos han dejado tirados”.

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