La decepción de unos americanos que compraron una casa en Francia por 20.000 euros
La pareja estadounidense se ha gastado 70 mil dólares en la reforma de la vivienda, que finalmente acabó tras los retrasos por el COVID-19 y su cercanía a un monumento histórico.
Comprar una casa se puede convertir a veces en todo un reto, puede haber desperfectos, problemas de humedades y muchas complicaciones que no se ven al momento de ver una casa que quiere adquirir. En el caso de Ellen y Joseph, una pareja estadounidense, decidieron mudarse a Francia y comprar una casa de 400 metros cuadrados por 20.000 dólares sin verla en persona.
La pareja decidió cambiar su vida radicalmente y mudarse desde California a Francia debido a la fascinación de Ellen por el país galo. Aunque al comienzo consiguieron regatearle un poco el precio al propietario de la vivienda, la pareja no se percató del dineral que se iban a dejar en reformar y acondicionar la casa para poder vivir allí con su hija. “La casa era asequible”, afirma Joseph, que antes trabajaba como ejecutivo de negocios. “Obviamente, estaba un poco en ruinas. Pero estaba dentro de nuestro presupuesto”.
Una vez finalizada la venta, contrataron a constructores locales para que comenzaran los trabajos de demolición de la propiedad, supervisando todo desde su casa de California. “Nos mantuvieron informados. Nos enviaban fotografías para mostrarnos cómo avanzaban las obras”, explica Joseph. “E intercambiábamos ideas sobre cómo debía desarrollarse la reforma. Así que funcionó bien”.
La pareja continuó viajando a Francia con regularidad, volando en 2015 y 2016 y comprobando el progreso de las obras. Al año siguiente decidieron que había llegado el momento de hacer las maletas y mudarse a Francia, mientras alquilaban su casa de California.
Mudanza y obras
Cuando regresaron a Francia, alquilaron un departamento en París mientras continuaban las obras en su casa de Normandía. “Descubrimos que, para estar en las zonas de París en las que queríamos vivir, era mucho menos caro alquilar que comprar”, explica Ellen. Ellos comenzaron una nueva vida en el país galo, y con ellos las obras de nueva casa, “Buscamos buenos materiales de construcción y aprendimos sobre los problemas de ventilación y humedad de las antiguas casas de piedra”, señala la pareja.
Debido al deterioro de la antigua vivienda, no pudieron conservar muchos elementos originales, salvo la escalera original dentro de la casa, junto con un armario de madera que había estado en el estudio. En cuanto a las ventanas y las puertas, decidieron sustituirlas por réplicas. Su objetivo era tanto transformar la pequeña casa en una segunda vivienda habitable como “restaurarla y dejarla en buenas condiciones de autenticidad para las generaciones futuras”. “Queríamos que conservara su aspecto original”, dice Ellen. “No queríamos hacer grandes cambios”.
Una nueva vida
Según destaca Ellen, las reformas de la casa fueron lentas debido a que cada movimiento debía ser aprobado por las autoridades locales y los Architectes de Batiments de France, ya que la casa estaba muy cerca de la abadía del siglo XI del pueblo, monumento protegido y zona histórica. La pandemia del COVID-19 también retrasó las renovaciones, que se detuvieron durante unos dos años, razón por la que no pudieron viajar a Normandía para visitarla.
Finalmente, Ellen y Joseph lograron reformar su nueva vivienda. “Estamos muy orgullosos de los constructores, que consiguieron transformar esto de una pequeña ruina rural a un lugar muy habitable”, dice Joseph, y añade que todavía están trabajando en el mobiliario y la “parte decorativa”. En total, la pareja gastó unos 70.000 dólares en la obra y otros 5.000 euros en electrodomésticos y muebles, además de los casi 20 mil de la casa.