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La cantidad de agua que deberías beber durante la ola de calor para no sufrir una deshidratación

Mantener una buena hidratación es una medida necesaria para combatir las altas temperaturas que azotan el país durante el verano

Ola de calor en España
Foto: Cuartoscuro

La esperada llegada del verano vendrá acompañada, un año más, de temperaturas muy altas que pueden poner en riesgo nuestra salud. Las olas de calor dejarán en nuestro país picos de temperatura que pueden resultar insalubres para las personas, y es importante tomar las medidas necesarias para controlarlo.

Las olas de calor nos afectan a todos, pero hay factores más influyentes que determinan que algunos sectores de la población tienen que ser especialmente cuidadosos en estos periodos, ya que su vulnerabilidad ante las temperaturas extremas aumenta.

El Ministerio de Sanidad recomienda cada año tomar ciertas precauciones en verano, como pueden ser evitar las bebidas azucaradas o con cafeína, reducir la actividad física, permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos o hacer comidas ligeras. y, por supuesto, evitar todo lo posible la exposición al sol.

Es necesario hidratarse para combatir el calor

Mantener una buena hidratación es una de las medidas más importantes que se recomiendan para luchar contra las altas temperaturas. En caso de no hacerlo, la deshidratación puede provocar síntomas como dolores de cabeza o mareos, que a posteriori pueden derivar en otros problemas de salud más graves como los golpes de calor o las insolaciones.

¿Cuánto agua deberías beber durante una ola de calor?

La cantidad de agua que se debería consumir durante las épocas de temperaturas extremas varía en función de la persona. No es lo mismo una mujer adulta que un bebé.

La cantidad establecida para los hombres adultos según las recomendaciones es de 2,5 litros al día, incluyendo en ellos el agua que ingerimos con los alimentos.

La cantidad de agua varía en función del peso, por eso para los bebés y los niños la recomendación es menor. Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia deben tener especial cuidado y mantenerse hidratadas siempre. Es recomendable que incrementen la cantidad de consumo por encima de lo que se considera que han de beber los adultos.

La forma de calcular con la mayor exactitud posible cuánto agua se debe beber es multiplicando cada kilo de peso por 30 mililitros de ingesta, añadiéndole unos 0.5 litros por cada grado de temperatura una vez superados los 38ºC.

No hay que beber demasiado agua

Con el agua, como en otros tantos aspectos, los excesos no son buenos. Consumir cantidades demasiado elevadas puede provocar pérdidas de sodio y potasio que nos causen desequilibrios de agua y, en casos extremos, podría llegar incluso a la intoxicación.

Las personas mayores, los niños, las personas que trabajan al aire libre o realizan mucha actividad física, las personas embarazadas o los enfermos son los sectores de la población que deben prestar una mayor atención a las temperaturas y extremar la precaución, ya que son los más vulnerables.