La calificación energética que debe tener una vivienda para comprar o vender a partir de 2030
A partir del 2030, todas las viviendas que se quieran vender o alquilar deberán contar con una calificación mínima de “E” mientras que en el 2033 la normativa se endurecerá.
La calificación energética de una vivienda es un indicador clave que mide la eficiencia con la que un inmueble utiliza la energía. Este sistema de evaluación, implementado en muchos países, tiene como objetivo informar a los propietarios y compradores sobre el consumo energético de una propiedad, así como su impacto en el medio ambiente.
El pasado jueves 4 de julio de 2024, España dio un paso decisivo hacia la sostenibilidad mediante la aprobación de nuevas normativas que regulan la eficiencia energética de las viviendas.
Aspectos Clave
La nueva legislación establece que, a partir de 2030, todas las viviendas que se deseen vender o alquilar deberán contar con una calificación energética mínima de “E”. Este estándar tiene como objetivo asegurar que las propiedades sean más eficientes en el uso de energía. Además, en 2033, la normativa se endurecerá, requiriendo una calificación mínima de “D” para las viviendas en el mercado, con la intención de seguir mejorando la eficiencia energética de los hogares españoles.
Los propietarios y arrendadores se verán obligados a realizar mejoras en sus propiedades para cumplir con estos requisitos, lo que podría incluir la actualización de sistemas de calefacción, la mejora del aislamiento y, especialmente, la instalación de sistemas de energía renovable como paneles solares. Aquellas viviendas que no cumplan con estas nuevas normativas no podrán ser vendidas ni alquiladas legalmente, lo que podría resultar en sanciones y una posible devaluación del inmueble.
Como mejorar la calificación de tu hogar
Para cumplir con los nuevos requisitos y mejorar la calificación energética de tu vivienda, existen varias estrategias que puedes implementar. Una de las más efectivas es mejorar el aislamiento térmico, ya que una buena aislación reduce la pérdida de calor en invierno y mantiene la frescura en verano, lo que disminuye la necesidad de utilizar sistemas de calefacción y aire acondicionado. Además, la modernización de los sistemas de calefacción y refrigeración con equipos más eficientes puede tener un impacto significativo en la calificación energética.
Otra medida importante es la instalación de ventanas de doble o triple acristalamiento, que mejoran el aislamiento y reducen la infiltración de aire. También puedes considerar la incorporación de energías renovables, como la instalación de paneles solares, que no solo contribuyen a una mejor calificación energética, sino que también reducen los costos de electricidad a largo plazo.
Finalmente, la sustitución de electrodomésticos antiguos por modelos más eficientes, que consumen menos energía, y la instalación de sistemas de iluminación LED pueden contribuir a elevar la calificación energética de tu hogar, preparándola para cumplir con las normativas futuras.
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