Jennifer, estadounidense expatriada en España: “No tienes que quedarte en la rueda del hámster y mereces ser feliz”
Jennifer Cody Kemp decidió replantearse su vida durante un viaje a Egipto. A su regreso, inició un cambio que la llevó a establecerse en España.
A finales de octubre de 2024, Jennifer Cody Kemp esperaba en el aeropuerto de El Cairo su vuelo de regreso a Estados Unidos tras dos semanas en Egipto. Durante la espera reflexionaba sobre su vida en Florida, marcada por un trabajo corporativo que llevaba años generándole desgaste.
Kemp había viajado en numerosas ocasiones por distintos países y sentía una especial afinidad por Europa, donde percibía un ritmo más económico y menos exigente. Tras consultar con su asesor, decidió avanzar en la idea de mudarse. El fallecimiento de su padre en 2020 y la pérdida de varios amigos de su edad reforzaron su convicción de no seguir aplazando sus planes.
En abril de este año dejó su empleo, al que había dedicado 28 años, y puso a la venta su vivienda de aproximadamente 240 metros cuadrados y cuatro dormitorios en Florida. Al mes siguiente voló a Europa, acompañada temporalmente por su hijo de 24 años. Kemp eligió la ciudad de Alicante, atraída por su clima y su entorno natural. Allí alquiló un apartamento de unos 120 metros cuadrados, por un precio mensual de 925 euros, muy inferior a los 1.600 euros que pagaba antes por su hipoteca.
Cambio de estilo de vida
Su traslado también le permitió dejar atrás gastos habituales en Estados Unidos, como los 7.300 euros de impuesto anual de vivienda o los 450 euros mensuales de seguro médico. Al renunciar a su coche, sumó otro ahorro de 450 euros al mes. En Alicante encontró un estilo de vida más accesible, desde una copa de vino por 3,50 euros hasta dos docenas de huevos por 2,50 euros, muy por debajo del coste en su país.
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Aun así, Kemp asegura que la adaptación no ha sido inmediata. El ritmo más pausado de España la obligó a abandonar la inmediatez a la que estaba acostumbrada en Estados Unidos. La siesta, los horarios comerciales más restrictivos y la dificultad para encontrar algunos productos fueron auténticos retos. Con el paso del tiempo, afirma haber aprendido a tomarse estas diferencias con humor y paciencia.
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