Icon of the Seas: el crucero más grande del mundo realiza su primer viaje
El Icon of the Seas mide 365 metros de eslora y pesa más que 6.000 aviones, pudiendo llegar a acoger a 10.000 personas.
El adverbio comparativo favorito del márketing moderno es “más”. Raro es el día que uno no se cruza con algo (o alguien) recientemente nombrado como “lo más”. El más grande, el más caro, el más lujoso, el más divertido, el más emocionante, el más rápido, el más exclusivo... Hay algo que nos atrae de esta promesa de excepcionalidad, de ocupar el ansiado primer puesto: “de entre todos, el primero, yo”. Porque a la hora de presumir de nuestras últimas vacaciones en la primera reunión familiar que se nos presente, no es lo mismo decir que estuviste de chiringuitos en Zahara de los Atunes a que viajaste en el crucero más grande del mundo. Si por lo menos en Zahara estuviera el chiringuito más grande del mundo, pero todo apunta a que esta categoría es inexistente hasta que algún jeque amante del “pescaíto frito” tenga una genial revelación.
Icon of the Seas
Experiencias cuantificadas con precisión milimétrica. El Icon of the Seas, el nuevo crucero más grande del mundo, ha zarpado este sábado desde el puerto de Miami, después de protagonizar la venta de billetes para un viaje inaugural de la historia de la compañía (Royal Caribbean Internacional). El lujoso y mastodóntico barco vende su exclusividad a golpe de datos matemáticos y de afirmaciones tan probablemente ciertas como rebuscadas. Todos aquellos que en sus viajes de crucero se hayan quedado con un mal sabor de boca porque los toboganes del parque acuático eran demasiado pequeños, o quizás la pista de hielo resultaba excesivamente estrecha, o la falta de una piscina infinita resultaba sencillamente insoportable, podrán ver satisfechos todos sus deseos en el Icon of the Seas, que entre todos sus “máses” cuenta con el tobogan y la cascada más altas en, valga la redundancia, alta mar, además del parque acuático, la piscina, la pista de hielo y el bar más grande de todos los que jamás han surcado el océano.
Ciudad flotante
Un total de 7.600 personas viajarán a lo largo de 7 días por el Caribe a bordo de este colorido armatoste, mezcla de centro comercial, hotel y parque acuático. Se alojarán en los 2.805 camarotes distribuidos a lo largo de las veinte cubiertas con las que cuenta el barco. A los pasajeros hay que sumarle los 2.350 miembros de la tripulación, lo que supone que casi 10.000 personas formarán parte de esta pequeña ciudad flotante (en España sería, de hecho, considerada población suficiente para considerar al barco una ciudad). En la página web se pueden consultar los diferentes viajes que realizará el crucero; todos zarpan desde Miami y los trayectos suelen recorren diferentes zonas del Caribe o de la costa estadounidense. Los precios varían dependiendo del tipo de camarote y del itinerario, oscilando entre 1.600 y los 6.000 euros. En una suite de lujo los pasajeros cuentan con un tobogán, jacuzzi y una sala de cine. Entre sus instalaciones cuenta con 40 bares y restaurantes, 20 cubiertas y siete piscinas, entre las que se incluye la más grande a bordo de un crucero.
Inaugurado por Messi
Construido por una naviera finlandesa, la embarcación pesa 250.800 toneladas, que sería el equivalente en peso a una flota formada por 6.117 aviones. Mide 365 metros de eslora y 49 de manga y su construcción ha costado unos 2.000 millones de dólares y su inauguración se produjo el pasado martes. La botadura estuvo protagonizada por Lionel Messi y otros jugadores del Inter de Miami. “Para inaugurar el barco más grande, qué mejor que traer al más grande”, deben haber pensado los publicistas. Royal Caribbean ha anunciado que el barco marca “una nueva era” en la forma de hacer turismo, aunque si observamos los datos la construcción del Icon of the Seas no parece simbolizar un cambio de paradigma, sino más bien la confirmación de que las cosas se mantienen igual: a la gente le gusta ir de crucero. Tras un aumento del 14% en 2023, se espera que durante el próximo año 36 millones de pasajeros se embarquen en esta moderna forma de pasar las vacaciones.
Contaminación
Un “más” que no solemos encontrar en este tipo de colosales proyectos arquitectónicos es el de “más sostenible”. Mover una embarcación de tanto peso precisa de grandes cantidades de energía y Royal Caribbean se propuso dar una imagen ecológica del fastuoso buque, aunque esta ha ido perdiendo fuerza con el paso de los meses. Si en un principio todo el interior del barco iba a funcionar a base de pilas eléctricas renovables, esto rápidamente fue descartado hasta dentro de 5 años. La anunciada recarga eléctrica automática al atracar sí funciona, pero apenas hay puertos en todo el mundo donde esto sea posible. El uso de gas natural licuado como combustible, que emite un 25% menos de CO2, ha sido promocionado por la empresa, sin embargo, este emite grandes cantidades de metano, el segundo gas que más contribuye al calentamiento global. Los cruceros que atracaron en puertos europeos en 2022 emitieron la misma cantidad de óxido de azufre como mil millones de coches.