Hallazgo decisivo para la historia de Noruega
Investigadores excavaron los restos de un torso esquelético, conocido como “Well-Man”, de un pozo en un castigo noruego del año 1938.
El nombre que recibe este acontecimiento es “La saga de Sverris”, de 800 años de antigüedad dónde se encontraban los huesos en un pozo de un rey noruego. La historia cuenta como se provoco el lanzamiento de este rey a un pozo, por lo que se le bautizó en los libros como el “hombre del pozo”. Se cree que el cuerpo fue lanzado al pozo con la finalidad de envenenar el agua que provenía a los lugareños, pero se desconoce algún dato más sobre el rey en cuestión.
Los investigadores descubrieron los restos por primera vez en 1938, sin embargo únicamente pudieron realizar un estudio visual. Ahora, los científicos cuentan con técnicas innovadoras como la secuenciación genética y la datación por radiocarbono, que ha permitido conocer más datos acerca de esta historia. “Esta es la primera vez que se encuentra una persona descrita en estos textos históricos”, “Hay muchos de estos restos medievales y antiguos por toda Europa y cada vez se estudian más mediante métodos genómicos”, dijo en un comunicado el coautor del estudio Michael D. Martin, profesor del departamento de historia natural del Museo Universitario de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología en Trondheim.
Desvelando el misterio de esta figura
La saga de Sverris cuenta la historia de un ambicioso rey, que vivió entre 1152 y 1202 y reinó Noruega en la segunda mitad del siglo XII. El texto revela numerosos conflictos y guerras que se llevaron acabo por ver quién sería el que sucedería el trono del reino. Sverre puso su nombre en el lío cuando afirmó ser hijo de Munn, quien fue asesinado por su hermano en 1155, lo que desencadenó la lucha por la sucesión.
A lo largo de toda la narración, se distinguen dos bandos principales, quiénes realizaban la mayor parte de las disputas por hacerse con el trono del reino. Por un lado, se encontraban los hombres de Sverre y por el otro eran los simpatizantes de la Iglesia Católica Romana, llamados “Baglers”. Ahora bien, en 1917 hubo un día señalado en el que el rey Sverre, pasaba el invierno en Bergen, la costa occidental de Noruega y recibieron un ataque sorpresa por parte de los Baglers, que se colaron en la fortaleza y quemaron todo lo que se encontraba en su interior.
“El hombre del pozo”, como aparece en las narraciones “Tomaron a un hombre muerto y lo arrojaron al pozo, y luego lo rellenaron con piedras”. Algunos de estos restos óseos fueron descubiertos sepultados bajo tierra, tras una excavación en 1938, sin embargo lo realmente característico de este acontecimiento, fue que los huesos fueron encontrados en distintos lugares divididos por parte corporales, es decir en una zona al sur del pozo encontraron una mano izquierda y en otra zona el cráneo. Las investigaciones realizadas junto con las excavaciones más recientes sugirieron que los huesos pertenecían a un hombre de entre 30 y 40 años en el momento de su muerte.
Hallazgo de “Well-man”
Un análisis por técnica de radiocarbono, ayudó a los investigadores a confirmar que los restos óseos encontrados pertenecían a una persona con una antigüedad de más de 900 años, lo que coincide con la época de la saga de Sverris. “El equipo esperaba secuenciar el genoma de Well-man a partir de sus huesos, dado que parecían estar en buenas condiciones, pero sorprendentemente, el ADN estaba mal conservado en su interior”, señaló Martin.
Los investigadores colaboraron en el estudio con Agnar Helgason, para comparar los genomas de los huesos encontrados y compararlos con los de habitante noruegos en la época moderna, con el objetivo de establecer relaciones. Una de las conclusiones que se arrojó, que “el hombre del pozo” estaba estrechamente relacionado con la gente del sur de Noruega. “La mayor sorpresa para todos nosotros fue que el hombre del pozo no procedía de la población local, sino que su ascendencia se remonta a una región específica del sur de Noruega. Eso sugiere que el ejército asediador arrojó a uno de sus muertos al pozo”, señaló Martin.
Preguntas sin respuesta
Para secuenciar el genoma de Well-man, los científicos tuvieron que quitar la superficie exterior del diente encontrado entre los huesos para evitar la contaminación causada por la previa excavación y luego, molieron el diente hasta convertirlo en polvo, lo que significa que no puede utilizarse para futuras pruebas. “Aunque hay otros dientes disponibles de este individuo, debemos considerar si las nuevas técnicas en el futuro proporcionarán información adicional a la disponible con los métodos actuales”, “Otra consideración es el valor científico que obtenemos. En este caso, solo tenemos una parte de la historia, la saga, que tiene un objetivo claro, y por lo tanto aquí podemos justificar nuestro enfoque para corroborar las palabras escritas unilaterales, a diferencia de si hubiera varios registros u otros medios de datos disponibles”, señalaron los científicos.
“La ciencia arqueológica, el ADN antiguo y los análisis genéticos nos brindan herramientas para separar los hechos de la ficción, lo que eventualmente debería brindarnos una visión más objetiva y completa de la historia humana”, dijo Martin.
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