‘Gas de la risa’: la peligrosa droga que vuelve a utilizarse en España
En el año 2021 se registró la primera víctima mortal por consumo de óxido nitroso, popularmente conocido como “gas de la risa”, cuyo consumo se ha popularizado entre los jóvenes.
El óxido nitroso es un gas con propiedades anestésicas, analgésicas y disociativas, que ha ganado notoriedad entre los jóvenes como una vía rápida y asequible para alcanzar un estado de euforia. Conocido como “el gas de la risa”, se presenta en formato líquido o en gas comprimido cuyo consumo puede conllevar graves secuelas, pudiendo afectar tanto al sistema nervioso periférico como el central.
No obstante, aunque este gas se presente como “la nueva droga entre los jóvenes”, el óxido nitroso es un gas que ha estado muy presente desde su descubrimiento en el siglo XVIII. Y es que su consumo se remonta a más de 200 años, lo que no quita que en los últimos años constituya un motivo de preocupación por su alta disponibilidad.
200 años atrás
Antes de entrar en materia, tenemos que remontarnos al 1798 para conocer la historia de esta droga tan popular. A finales del siglo XVIII, Sir Humphry Davy detectó los efectos hilarantes y el efecto analgésico y sedante del óxido nitroso, que era capaz de calmar un dolor dental que sufría. Ya más adelante, sus primeros usos fueron exclusivamente lúdicos por su capacidad de inducir la risa, en fiestas privadas y eventos sociales.
En el 1844, Horace Wells presenció una demostración del gas siendo testigo de cómo otro usuario en estado de euforia se lesionaba accidentalmente sin notar ningún dolor hasta el final del efecto del gas. Ante los beneficios para la odontología, recomendó su uso.
Pero, ¿Cómo llegó a España? La primera víctima mortal por consumo de este gas se registró en el año 2021, en la ciudad de Marbella, donde un sueco de 26 años perdió la vida tras consumirlo durante una despedida de soltero. Su empleo se limitaba inicialmente a las zonas de ocio nocturno frecuentadas por jóvenes europeos en Baleares, Costa del Sol y Costa Brava, donde incluso determinadas discotecas ofertan este gas dentro de globos de fiesta bajo el nombre de hippy crack como si de una consumición más se tratase. Pero en los últimos años su uso se ha extendido al resto del país.
¿Qué efectos produce su consumo?
Esta droga se consume como un inhalante, ya que es de las pocas drogas que se encuentran en estado gaseoso y, al consumirse, se expande para llenar los pulmones. La vía de administración es inhalada a través de globos que funcionan como reservorio para inhalarlo, de manera que llega al cerebro a través de las vías respiratorias, actuando como depresor del sistema nervioso central.
Su consumo se sigue de la aparición de euforia, sensación de bienestar y risa, que junto a la rapidez con que se revierten hizo que fuera utilizado en espectáculos itinerantes y se le conociera como “gas de la risa”. Al ser un gas muy soluble y de absorción rápida se difunde por el sistema nervioso central de manera inmediata tras su inhalación, produciendo los efectos en menos de un minuto y con una duración máxima de 15 a 45 minutos, dependiendo de la dosis inhalada.
Puede llevar a graves problemas de salud, especialmente por el hecho de conllevar falta de oxígeno al cerebro, lo que puede implicar desde desmayos hasta paradas respiratorias. El consumo continuado puede dañar la médula espinal y llegar a provocar la muerte. Si se utiliza esta sustancia durante varios días seguidos o de manera intensa en una sesión se produce una disminución de los niveles de la vitamina B12 en el organismo; un déficit en vitamina B12 tendría como consecuencia la aparición de problemas neurológicos y cognitivos.
Además, existen algunos problemas vinculados a la forma de consumo y a la frecuencia e intensidad con la que se realiza, como por ejemplo: quemaduras en la boca y la parte superior del tracto respiratorio, Hipoxia o caídas por la pérdida de equilibrio, además de náuseas y vómitos.
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