Galicia prohíbe las bebidas energéticas a menores
La Xunta prepara una nueva ley para evitar el consumo de estas bebidas entre los menores de edad. “Son peligrosas cuando se utilizan en exceso”, advierten los expertos.
La Xunta de Galicia ha decidido tomar cartas en el asunto tras observar el elevado consumo de bebidas energéticas por parte de los menores de edad. El equipo de Gobierno trabaja en los últimos detalles de la Ley de Prevención de Adicciones en menores en Galicia, que prohibirá la venta y el suministro de este tipo de bebidas a los menores.
Es una de las medidas de esta nueva ley que pronto verá la luz, pero no la única. Con ella tampoco se permitirá dirigir publicidad de bebidas energéticas a la población infantil, mientras que los puntos de venta no deberán colocarlas en las estanterías junto a los refrescos. Así, serán equiparadas a las bebidas alcohólicas en lo relativo a su venta. “También ponemos el foco en la publicidad y patrocinios”, que serán limitados, según explican desde la consellería de Sanidade.
De este modo, la Xunta se posiciona claramente tomando medidas para restringir el acceso de los menores a las bebidas energéticas y, también, a los cigarrillos electrónicos, señalan las autoridades gallegas. Del mismo modo, se promoverá la “tolerancia cero” con la práctica del ‘botellón’. Una medida que va en consonancia con lo pronunciado por Alfonso Rueda, presidente de la Xunta, en su primera intervención como mandatario de la región.
Aumento del consumo
La encuesta sobre el uso de drogas en enseñanzas secundarias (ESTUDES) de 2021 revela que hasta un 40,4% de los jóvenes de 14 a 18 años había tomado este tipo de bebidas durante el último mes previo al estudio. Una cifra ligeramente por debajo de la media nacional, que se encuentra en un 45%. Por edades, el consumo baja de los 16 a los 18 años.
Lo preocupante es la tendencia al alza experimentada en los últimos años. Los datos de 2018 señalaban que el consumo de bebidas energéticas entre los menores de edad era del 30,8%, por lo que se ha incrementado en casi un 10% en apenas cinco años. Por distinción de sexo, el consumo es más generalizado en chicos (49,6%) que en chicas (31,2%).
Mezcla con alcohol
Algo que también preocupa a las autoridades sanitarias es que estas bebidas, cada vez más, son mezcladas con bebidas alcohólicas, lo que puede derivar en problemas mayores. De acuerdo con el informe anual del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, publicado por el Ministerio de Sanidad en 2022, el 16,1% de los jóvenes toma ambas bebidas juntas.
Unas bebidas que pueden provocar ansiedad, hipertensión o diabetes debido a su alto contenido en azúcar. Julián Pérez Villacastín, presidente de la Sociedad Española de Cardiología, advertía en RTVE de los riesgos. “Son peligrosas cuando se utilizan en exceso, combinan estimulantes, por lo tanto, potencian mucho el efecto estimulante. En ocasiones, con esta mezcla se resisten mejor el alcohol, pueden tomar más bebidas alcohólicas. No cabe duda de que esto no es bueno para la salud”.
Además, el experto recuerda que puede no tener los mismos efectos en un adulto que en un adolescente, cuyo organismo se está terminando de formar. “Se crea una dependencia y es como cualquier otra droga. No es bueno y menos cuando el organismo no se ha desarrollado”. Por su parte, desde la consellería de Sanidade se incide en que el consumo de estas bebidas puede provocar “alteraciones del sueño, nerviosismo, irritabilidad y ansiedad”.