Estas son las únicas pizzas de supermercado que recomienda la OCU
Tras poner más de 150 pizzas a examen, tan solo dos han conseguido destacar favorablemente: Veggie Lovers de la marca Garden Gourmet y la Vegetale de Forno di Pietra de Buitoni.
De todos los platos precocinados disponibles en los supermercados, las pizzas refrigeradas o congeladas son sin duda uno de los más populares. Son fáciles de preparar y más económicas en comparación con las que se pueden comer en un restaurante o una cadena de comida rápida. Sin embargo, no todas las que podemos encontrar entre las estanterías del supermercado son saludables.
De hecho, según el último análisis realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la mayoría de las pizzas precocinadas no lo son. “Este tipo de alimentos, por más que gusten, no son para consumir de manera habitual, pues no son nutricionalmente equilibrados”, señala la organización. No obstante, añade: “aunque en general no salen bien paradas, hay excepciones: encontramos algunas pizzas preparadas aceptables e incluso buenas”.
La OCU ha analizado y comparado 153 pizzas, tanto refrigeradas como congeladas, de diversos sabores como queso, jamón y queso, jamón solo, jamón y champiñón, barbacoa y vegetal. De forma general, ha encontrado que la mayoría de ellas contienen demasiada sal, con una ración normal aportando el 50% de la sal diaria recomendada. Muchas tienen también exceso de grasa, especialmente las de queso, y contienen muchos aditivos y calorías. “Según este criterio, la mayoría de las pizzas del supermercado no son una alternativa saludable”, concluye la organización.
3 de cada 4 poseen una mala valoración en la Escala Saludable de la OCU
Tres de cada cuatro pizzas precocinadas analizadas obtienen una mala valoración en la Escala Saludable de OCU. Esta escala evalúa la composición nutricional de los alimentos procesados, considerando su contenido en grasas saturadas, azúcares, sal y aditivos.
Esta mala valoración se debe a varios factores. En primer lugar, muchas pizzas tienen un contenido excesivo de sal: una ración de aproximadamente 200 gramos, que corresponde a media pizza, aporta alrededor del 50% de la ingesta diaria recomendada de sal. En segundo lugar, muchas de estas pizzas contienen una cantidad significativa de grasas, especialmente las variedades que incluyen queso.
Además, las pizzas precocinadas suelen ser productos altamente procesados que recurren a la adición de numerosos aditivos, muchos de los cuales son innecesarios y no siempre seguros para la salud. Por último, estas pizzas son platos muy calóricos, con una ración que por lo general puede llegar a contener cerca de 500 kilocalorías.
Las pizzas vegetales: las más aceptables
Sin embargo, a pesar de estos malos resultados hay una excepción: las pizzas vegetales. De las 25 muestras de pizzas vegetales analizadas, 17 obtienen una valoración aceptable y a dos de ellas se les consideran buenas. Se trata de la Veggie Lovers pizza de la marca Garden Gourmet y la Vegetale de Forno di Pietra de Buitoni.
Cabe destacar que, a pesar de estas recomendaciones, la OCU alerta que las pizzas refrigeradas o congeladas de supermercado deben consumirse de manera ocasional debido a su alto contenido de sal, grasas y falta de vegetales. Como alternativa, recomiendan la elaboración casera de pizzas utilizando bases refrigeradas y añadiendo ingredientes frescos y saludables, típicos de la dieta mediterránea.
Además, otro de los problemas que destacan es la dificultad que enfrenta el consumidor al leer las etiquetas de estos productos para conocer los ingredientes y el aporte nutricional. La letra suele ser diminuta y estar impresa en formatos difíciles de leer: curvados, sobre fondos transparentes o con poco contraste. De hecho, la organización instó nuevamente a las autoridades de la Unión Europea a mejorar la normativa sobre etiquetado, para garantizar el derecho de los consumidores a acceder a una información clara y legible de los alimentos envasados.
Consejos para hacer tu pizza casera lo más saludable posible:
Hacer las pizzas en casa es la mejor manera de controlar la cantidad de grasas y sal, y de incluir una buena cantidad de vegetales. Puedes preparar la masa tú mismo (usando harina, agua, aceite de oliva, levadura y sal) o utilizar una masa de pizza refrigerada y, como recomienda la OCU, añadir ingredientes típicos de la dieta mediterránea, como vegetales frescos.
Para la masa de tu pizza, elige harina integral, ya que añade más fibra. En el supermercado, también puedes encontrar algunas marcas que ofrecen pizzas refrigeradas integrales. Haz la masa fina (o compra una masa refrigerada que lo sea), así reducirás la cantidad de calorías e hidratos de carbono.
Prepara la salsa de tomate en casa, usando tomates frescos, cebolla, ajo, hierbas a tu gusto y con poco contenido de sal. Las salsas comerciales suelen tener mucha sal, azúcares y aditivos. Añade una gran cantidad de verduras variadas, como pimiento, tomate, berenjena, espinacas, champiñones, cebolla, brócoli o calabacín.
Por último, si deseas agregar algún tipo de carne a tu pizza, opta por pavo o pollo en lugar de salchichas u otras carnes procesadas. También puedes usar mozzarella desnatada o semidesnatada en lugar de la entera para reducir el contenido de calorías y grasas saturadas, y añadir una cantidad moderada.
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