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El truco para que las fresas duren más en la nevera

Un tercio del cultivo de fresas en Europa se realiza en Huelva. Guardarlas en la nevera nada más llegar a casa, evita su deterioro.

Fresas para el público en le Primer Día de Wimbledon.
Julian FinneyGetty Images

Las fresas son una de las frutas más consumidas dado su potencial nutricional y los beneficios que aporta al organismo. Su consumo regular, según varios estudios clínicos, especificaron que este alimento contribuye a regularizar el tránsito intestinal, reducir el colesterol LDL y controlar los niveles de azúcar en la sangre.

Con alto contenido en fibra, es baja en calorías y cuenta con un alto valor proteico, así como con un elevado nivel de vitaminas y minerales. Entre los principales beneficios que aportan las fresas, se encuentran la prevención de enfermedades cardiovasculares, su contribución a mejorar el estado de ánimo, el alto porcentaje de hidratación del cuerpo que implica su consumo, la mejora de la salud de la piel, la protección de la salud visual y su papel como aliado para combatir el ácido úrico.

Para garantizar su durabilidad, es imprescindible guardarlas en el frigorífico nada más llegar a casa. También es importante no lavarlas antes de introducirlas en la nevera, ya que la humedad aceleraría el proceso de putrefacción de la fruta. Sólo de debe hacer este paso en caso de consumirlas. Otro truco para que luego duren más tiempo en la nevera es lavarlas con agua y vinagre, es decir, tres partes de agua y la restante, de vinagre.

En lo que respecta a la propia fresa, procede de la fresa de los bosques, de origen americano, que fue introducida en Europa por los primeros colonos de Virginia (Estados Unidos) en el siglo XIX. Su planta, conocida en términos científicos como fragaria ananassa, pertenece a la familia de las Rosaceae. España se ha convertido en la mayor productora europea (produce el 50% de la fresa del continente) y en la segunda productora mundial.

Las empresas productoras de plantas de nuestro país, se encuentran muy concentradas en algunas provincias de Castilla y León, mientras que las productoras de fruto en la zona costera de la provincia de Huelva. Los valores de temperatura óptimos para una fructificación adecuada se sitúan en torno a los 15-20ºC de media anual.