El truco de los bares para que pidas más cerveza y gastes más
Se trata del aspecto del vaso, que por sus dimensiones, muchas veces no proporcionales a la capacidad del envase, engaña a la vista de los clientes.
La cerveza es la bebida alcohólica más consumida en España con un 83%, según un estudio realizado por la compañía de investigación online Toluna. Le siguen muy de cerca el vino (con un 77%), las bebidas espirituosas -vodka, la ginebra o el whisky- (un 59%), la cerveza sin alcohol (un 46%) y el vermut (un 39%).
Aunque siempre es un buen momento para tomar cerveza, el instante favorito para los españoles y españolas (con un 68%) es cuando salen con amigos a comer o cenar. Y es que en nuestro país una tapa y una cerveza siempre van de la mano. Solo el 46% lo hace tomando cerveza sin alcohol.
Más datos
Cuando hablamos de los días que más se consumen bebidas con alcohol, el fin de semana gana con creces. En concreto, los sábados son los días de mayor consumo, según los encuestados. Por detrás se sitúan los viernes, los domingos y los jueves.
Uno de los secretos de la cerveza es la variedad de ofertas que existen (Mahou, Amstel o Estrella Galicia, por ejemplo), tanto en lo que a sabor como a tamaño -y, por tanto, precio- se refiere. En este último, entra en juego el aspecto del vaso.
La gran estrategia
Sí, y es que por sus dimensiones, muchas veces no proporcionales a la capacidad del envase, engaña a la vista de los clientes. Es decir, las famosas cañas, así como los tercios, los dobles, los botellines o los quintos, muchas veces guardan más similitudes de las que se podría esperar.
De esta forma queda registrado en los vídeos que usuarios de todo el planeta suben a redes sociales como demostración de que una copa más grande no siempre equivale a más cantidad de cerveza. Aunque muchas personas así lo afirmen cuando salen a tomar algo.
Demostración
¿Por qué? Está claro: la forma del vaso, por su curvatura y diámetro, puede engañar a la vista. A continuación, un ejemplo:
De esta manera, los bares y restaurantes ‘sacan partido’ a una ilusión óptica que puede provocar un mayor gasto en el consumidor por el mismo consumo. Es el caso de un doble y un tercio en la capital. Aunque el precio del tercio (4 euros) sea notablemente más alto que el primero (2,50 euros aproximadamente), vendría a ser la misma cantidad.
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