El ‘suceso’ que puede ser clave en la gran ola de calor de 2023
La erupción del volcán de Tonga de 2022 expulsó tanto vapor de agua que todavía cubre parte de la Tierra.
El efecto invernadero es ese fenómeno que ocurre cuando el calor queda atrapado cerca de la superficie de la Tierra por los “gases de efecto invernadero”, manteniendo al planeta más cálido de lo que debe ser. Estos gases producen una especie de capa que envuelve a la tierra y es capaz de guardar el calor. Los gases que afectan a la creación de este efecto invernadero son, por ejemplo dióxido de carbono, metano, óxidos nitrosos y vapor de agua.
Cuando hablamos de efecto invernadero también lo hacemos del calentamiento global. Con esta información en la mano, el meteorólogo de Meteored Francisco Martín asegura que la erupción del volcán de Tonga de 2022 liberó tanta cantidad de vapor de agua (expulsó aerosoles a una altura de hasta 80 kilómetros) que ahora afecta a la ola de calor de este año.
Según estudios citados por el experto, se cree que la cantidad de vapor expulsado fue mayor. En concreto, unas 150 millones de toneladas métricas de vapor de agua que “todavía están flotando en niveles altos”. Esa cantidad de vapor de agua “podría perdurar años y cubrir con el tiempo gran parte de la Tierra en los niveles superiores”, algo negativo ya que es un potente gas de efecto invernadero.
“En estas condiciones, la pasada erupción histórica del volcán de Tonga podría añadir unas décimas de grado, que aún está por analizar y cuantificar, a la subida de las temperaturas de manera global”, explica Martín. De hecho, cuando se produjo la erupción, el vapor de agua se concentró en las latitudes medias del sur, cerca del volcán, pero ahora se ha extendido por los dos hemisferios.
¿Por qué el vapor de agua incrementa el calor del planeta?
El vapor de agua no es otra cosa que el agua en su estado gaseoso. Según explica la Organización Meteorológica Mundial (WMO por sus siglas en inglés), “algunos gases atmosféricos, tales como el vapor de agua y el CO2, absorben y reemiten energía infrarroja desde la atmósfera hacia la superficie terrestre”.
De hecho, si no fuera por esa capa, la temperatura promedio de la Tierra “sería tan fría como -18ºC”. Sin embargo, hay dos tipos de gases de efecto invernadero, y son los no condensables (como el CO2) los que “ejercen de impulsores del efecto invernadero”.
Sin embargo, el vapor de agua y las nubes solo son “retroalimentaciones rápidas”, es decir, el vapor de agua “responde rápidamente a los cambios en la temperatura, a través de la evaporación, la condensación y la precipitación”, de acuerdo con la WMO. Son los gases de larga duración los que realmente contribuyen al calentamiento global.